Ayer anunció la prensa que serán
transferidas al gobierno las reservas que sobrepasan “el nivel óptimo
estipulado por el Ejecutivo”. Obvio error. El artículo 87 de la Ley del BCV le
impone a éste la realización de un estudio para estimar el nivel “adecuado de
reservas” y la obligación de informar al Ejecutivo cuál es ese nivel adecuado,
porque el artículo 318 de la Constitución establece que las competencias
monetarias del Poder Nacional serán ejercidas “de manera exclusiva y
obligatoria” por el Banco Central de Venezuela, uno de cuyos objetos
fundamentales es preservar el valor interno y externo de la unidad monetaria.
¿Cómo se define ese valor interno y externo
que debe ser preservado? En lo interno es su poder adquisitivo o de compra. En
lo externo, es su libre conversión y
pago por el BCV “sobre fondos depositados en bancos de primera clase del
exterior y denominados en moneda extranjera de los cuales se puede disponer
libremente”. Ley del BCV art. 121. Esas son las reservas. Cabe por lo tanto
preguntarse si se puede en realidad hablar de “nivel adecuado”. ¿Adecuado para
qué?
El presidente del BCV, señor Merentes,
afirmó que “hay un concepto de reservas adecuadas, así aseguramos que el tanque
no se vacíe”. A ese nivel se le califica con el adjetivo “óptimo”, que significa “que no puede ser
mejor”, cuando en realidad el nivel en el que las coloca Merentes no puede ser
peor, porque cuando dice asegurar que el tanque no se vacíe, lo que confiesa es
que ni él ni los demás miembros del directorio le van a negar al Ejecutivo la
transferencia de las reservas de las cuales quiere disponer.
Cuanta verdad encierra “el obvio error de la prensa” que habla del
“nivel óptimo estipulado por el Ejecutivo”.
Llevamos nueve años de suspensión del
régimen de libre convertibilidad. Este lapso excede en más de tres años el de
mayor duración en nuestra historia de restricción cambiaria desde la creación
del BCV, precisamente en el período en que por los altos precios del petróleo
el ingreso de divisas ha superado no solo el recibido por gobierno alguno, sino
el acumulado, un millón de millones, mil millardos o sea un billón de dólares.
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1.000.000.000.000,00
Merentes y los demás miembros del
directorio del BCV no contentos con
aceptar que el Poder Ejecutivo, o mejor dicho el señor Chávez, contrariando la
Constitución le defina el nivel de reservas y le ordene que le transfiera las
supuestamente “excedentarias”, para administrarlas, mejor dicho, “dilapidarlas
a su leal saber y entender”, tienen el descaro de anunciarlo, como si fuera una
decisión autónoma y además conveniente, porque esas otras reservas nos están
sobrando.
Si de los daños al patrimonio de la nación
por las confiscaciones “soberanas”, que no expropiaciones, señalé como
responsables a los ciudadanos Hugo Chávez, Alí Rodríguez y Rafael Ramírez; de
los daños al patrimonio del BCV me luce el señor Merentes y quienes le
acompañan en el directorio.
Caracas,
5 de enero de 2012
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