Aunque
se sabe que Carrasquero es magistrado del TSJ en su Sala Constitucional, la
población se entera de su existencia cuando cumple la misión de mandadero.
Ahora lo hizo. Dejo a un lado la impertinencia del solicitante en amparo, que
aceptó participar en las elecciones primarias una de cuyas reglas era la
destrucción de los cuadernos de votación, por lo que cualquiera que sea la
razón que invoque en relación con el acto de votación, no puede pretender la no
aplicación de la regla bajo la cual aceptó participar.
Pero el magistrado, para complacer como
mandadero al mandamás, declara, que la solicitud de amparo, no es concreta de
quien la presenta, sino difusa y no es personal, sino colectiva y en tal virtud
la hace suya; y en un arrebato de autoridad “ordena al Plan República” la incautación de los cuadernos, como para
hacernos creer que en esta canallocracia la fuerza pública obedece órdenes de
los tribunales y no del mandamás.
Interés difuso y colectivo charrasqueado,
que digo Carrasquero, es el de más de tres millones de venezolanos que
ejercieron el derecho al voto y que no quieren que el dictador y su pléyade de
bellacos adulantes, conforme listas cuyo objetivo es violar el artículo 21 de
la Constitución que prohíbe toda discriminación.
Una grandísima mayoría de los que
participaron ya sufren la discriminación, que es la regla importada de Cuba por
su mandamás, pero allí no se encuentra la esencia maligna de su fallo, note que
lo llamo fallo y no sentencia, pues cada vez que sentencia, falla. La esencia
de su pretensión es llevar al pueblo, a los que van a votar el 7 de octubre la convicción de que su voto no será secreto,
es decir, ufanarse de que el gobierno viola y violará también el artículo 63 de
la Constitución, porque quiere por su vocación totalitaria implantar un régimen
de terror.
Usted expone al Poder Judicial, a la
judicatura venezolana y al sistema todo de administración de justicia no solo
al desprecio de los venezolanos, sino de la comunidad internacional, que
concluye que ella no es confiable; y por eso canallescamente junto con un
grueso número de los que conforman el TSJ se arropa con el patriotismo y la
soberanía que para usted consiste en cumplir a cabalidad con el oficio de
mandadero.
No se sienta, por favor, discriminado por
mí, usted es uno más de un inmenso combo, donde por cierto no tiene cupo la
juez Afiuni.
Caracas,15
de febrero de 2012
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