Aunque es el hermano mayor luce como si
fuera el menor cuando de ser bocón se trata. Es natural, alcanzar la
desproporción verbal del iluminado de Sabaneta equivale a que un mudo emule a
Caruso, pero debo reconocer que el esfuerzo de ayer de bocón chiquito se las
trae.
La arremetida contra los que llama
“traidores” al PSUV a los que hay que “detectar y denunciar” sin darles cuartel
lo llevó al desatino de comparar la “robolución”, cuyos disparos más
importantes son los del anuncio de la rendición en el Museo Militar (¿evocación
de Puerto Cabello?) y los de Puente LLaguno contra civiles inermes (¿del
Decreto de Guerra a Muerte?), con la gesta de la Independencia, que dice estar
retomando ahora la “robolución”, porque la “traición” de José Antonio Páez la frustró.
Yo tenía el pálpito de que los antepasados
de los bocones, probablemente “cimarrones”, lucharon al lado de Tíscar y de Pui
contra la Primera República asolando Barinas; y luego contra la Segunda, cuando
quien comandaba era Boves; y cuando Páez rescató esas legiones para la causa de
la Independencia que culminaría en Carabobo, no se incorporaron porque su causa
era contra “el oligarca Bolívar”; y ahora, dos siglos después quieren venderse
como partidarios de Bolívar.
El fundador de la República de Venezuela
fue Páez. Con Bolívar se agotó el proyecto “Colombiano”. Su última proclama,
que bocón grande acaba de parafrasear trocando muerte por enfermedad, está
dirigida a los colombianos, por lo que renegar y calificar de traidor a Páez,
es dar testimonio de sumisión a la corona de los Borbones. Se me antoja que no
fue fortuito el “por qué no te callas”.
Ya el propio Castro le hubo advertido al
menor, pero mayor, que se dejara de esos ataques contra Páez. ¿Influenciado por
el juicio de Marx sobre Bolívar? Quizá, o quizás no. Al fin y al cabo se trata
de un gallego, como lo fue Franco, que fue a recuperar ¿para España? a Cuba del
“Imperio”, sustituyendo, eso sí, a los Borbones por los Castro.
El castrismo llevó a Cuba sesenta años
después de su Independencia a una nueva dependencia, de
la dinastía gallega, la casa de Castro, que se acerca a otros sesenta años de
reinado, bajo un régimen donde ni un solo negro tiene cabida, salvo Teófilo
Stevenson para que boxee y Alberto Juantorena para que corra. Que viva Páez, el
catire, representante de la Venezuela mestiza.
Caracas, 29 de febrero de 2012
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