Ha
sido un sentimiento constante de la gran mayoría de los venezolanos, el
insistir en la necesidad de unidad entre los distintos factores de oposición,
para dar al traste con un régimen que ha sumido en pobreza material y
espiritual al país, no obstante haber contado con una cantidad de recursos que
supera con creces a los que obtuvieron todos los gobiernos que existieron en
nuestra vida republicana.
El
26 de septiembre de 2011, Venezuela se enteró que se había logrado el
propósito. Los partidos políticos, los mandatarios regionales, diputados a la Asamblea Nacional
de la oposición y precandidatos presidenciales, suscribieron el compromiso de
que el nuevo gobierno que surgiría a partir de 2013, debía ser un gobierno de
Unidad Nacional. Posteriormente, producto de unas elecciones primarias que
demostraron hasta qué punto se encuentra hastiado nuestro pueblo de un gobierno
que se ha dedicado a sembrar y fomentar el odio, la incapacidad y la
corrupción, se eligió como candidato presidencial a Henrique Capriles Radonski.
Esta candidatura ha significado la posibilidad de lograr progreso, futuro y
esperanza para la gran mayoría. Los precandidatos que se mantuvieron hasta el
13 de febrero de 2012 y los que se habían retirado con anterioridad, han
manifestado su disposición a cooperar con el candidato ganador, en la tarea de
lograr el triunfo electoral, victoria que tratará de ser evitada por el
candidato del régimen usando todos los medios, inclusive la violencia, como se
hizo al utilizar bandas armadas durante una actividad electoral en Caracas.
Harán uso del sistema de medios de
comunicación de que dispone el estado, el cual será dedicado enteramente a su
propaganda electoral; así como de los recursos provenientes del gasto público,
los créditos adicionales y el endeudamiento, lo cual significa cifras
astronómicas que serán dedicadas a las misiones, concebidas para comprar votos
y que crean sentimientos de gratitud en quienes las reciben y de esperanza para
aquellos que esperan ser favorecidos. No se puede olvidar que una de las armas
favoritas del régimen es el engaño.
Para
asegurar la victoria de Capriles, será fundamental que exista una
representación idónea en todas y cada una de las mesas electorales. Testigos
suyos deberán estar en el 100% de las mesas. Será necesario exigir que se
invite a misiones de observación de la
OEA y de la Unión Europea ,
y que lleguen con suficiente anticipación para que puedan verificar si el CNE
tomó las medidas necesarias y apropiadas para asegurar que el principio del
voto secreto será respetado y que los votantes podrán ejercer su derecho
libremente, sin miedo ni intimidación.
Pero
acompañando todo lo anterior, es requisito esencial que la unidad se mantenga incólume,
que se aprovechen los inmensos recursos humanos de que se dispone. En este
propósito debemos contar con los intelectuales, profesionales, empresarios,
estudiantes y todo el pueblo que a diario sufre las embestidas del hambre, el
desempleo, la inseguridad, la injusticia y todo género de carencias.
julio.davilacardenas@gmail.com