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31/3/13

El problema de la Abstención por Luis Betancourt Oteyza


“El culto por la debilidad o el asco ante la fuerza, no es sino una manifestación de decadencia”
Ángel Bernardo Viso

La próxima elección, convocada para escoger el sustituto del fallecido
expresidente Hugo Chávez, fraudulentamente reelecto y nunca
juramentado, viene con una connotación muy particular y original. Por
primera vez en estos 14 años de autocracia se cuestiona su legitimidad. Se
cuestiona la legalidad del árbitro, un CNE espurio, escogido y nombrado
a espaldas de lo pautado en la constitución; se cuestiona el REP, nunca
auditado de verdad; se cuestiona el método de votar y contar los votos.
Además se acusa al chavismo por un ventajismo tan descarado que su
empeño vicia la misma elección. Lo sorprendente no es la originalidad
de estos vicios en la próxima elección; no, se vienen repitiendo desde el
referéndum del año 2004, y el ventajismo llegó desde 1999 para quedarse
cada vez con mayores arrestos. Lo novedoso del caso es que en esta
oportunidad buena parte de los sectores civiles, ajenos a los partidos que
conforman la MUD, y algunos miembros de ésta, se han hecho eco de
las denuncias de fraude que embargan a la población votante. Porque
en este país, opositores o sumisos chavistas, y muchos de los que desde
el exterior nos siguen, saben que el CNE hace trampa siempre y cuando
puede; que no son un árbitro de verdad. Que están al servicio remunerado
del chavismo y que los llaman el “ministerio de elecciones del gobierno”.
Los rectores de las universidades autónomas han exigido 5 requisitos para
considerar viables las elecciones y grupos parlamentarios han subido sus
requerimientos hasta 13. Total, que las próximas elecciones para escoger
nada más y nada menos que el Presidente de Venezuela no son confiables
para las universidades, academias, jóvenes independientes, sindicalistas,
iglesias u organizaciones de la sociedad civil ni organismos internacionales,
entre otros. Los partidos, reunidos en la MUD, esquivan el tema y esperan
que pase el temporal de desconocimiento gracias al carnaval insulso de
una campaña apresurada y sin ángel. Las FAN esperan que los políticos
arreglen las cosas para que ellos sigan al margen del país, y no les falta
razón en su recato cuasi virginal, mientras preparan el próximo desfile
en Los Próceres de Caracas, a donde serán invitados como comparsa y
adorno al atropello por venir. Ya son un sector marginal de la vida nacional
y los oficiales cubanos les mantendrán informados de las nuevas a seguir.

Mientras todo este escandaloso espectáculo se va desarrollando en el
tiempo, mientras a las exigencias de la sociedad y rectores académicos la
MUD y comando del candidato tratan de dejarlas de lado, va surgiendo un
grave temor en todos los cómplices de la patraña montada desde el CNE y
sectores de la MUD: ¿Irán a votar los venezolanos a pesar de no existir las
condiciones para unas elecciones libres y transparentes? ¿Habrá sido
suficiente toda la campaña orquestada desde el chavismo y la MUD contra
el mayor triunfo de la sociedad en 2005, cuando se dejó a los tramposos
elegir una espuria asamblea con tan solo el 13% de los votos? ¿Se
atreverán a desafiar otra vez los votantes a la orquesta del templete CNE-
MUD? ¿Qué puede pasar ahora? El 16 de diciembre de 2012 el llamado
avance de la minoría opositora, como unos cómplices del chavismo desde
las filas de oposición insisten en calificar a la amplia mayoría de los que no
queremos al castro-comunismo, se estancó, retrocedió y dijo no más. Esa
advertencia fue muy clara y respetable; y es la que ha animado a todas
estas instituciones y personalidades a plantear lo que se han llamado
condiciones, que no son más que exigencias esenciales para reconocer un
resultado electoral justo. Y esa advertencia está anunciando algo muy
grave e interesante como es que el pueblo no acepte otro fraude, otra
burla. No importa que salgan, desde el oficialismo o desde la oposición
oficial, a solamente dar seguridades que nadie cree. No importa que se
empeñen en llamar a votar a quienes tienen dudas de su esfuerzo porque
no creen ni en unos ni en otros; que los ven como caimanes del mismo
caño que los invitan al baño de donde no saldrán nunca la libertad ni la
democracia vivas. Que solamente unos aprovechados seguirán
encamburados mientras Venezuela se deshace y deja de ser República
libre, democrática y soberana, ahora convertida en la vaca de ordeño de
muchos afuera; desde el petróleo que se va al norte hasta el que se regala
por todo el sur, para beneplácito del mismo norte. Donde cada vez somos
los venezolanos menos dueños de nuestro destino y cada vez nuestras
decisiones son más de otros.

Toda esta tragedia ha sido montada y orquestada con mucho tino y
maldad. Se nos ha despojado de nuestra voluntad por la vía del miedo y la
demagogia pero sobre todo con el entramado de un sistema tramposo de
votar y contar los votos. Si lo seguimos aceptando nunca seremos libres
ni dueños de nuestro destino. Es hora de rebelarse e imponer condiciones
de verdad, entendidas éstas como las estipulaciones o circunstancias
esenciales para que algo suceda. No pueden ser saludos a la bandera sino
unas condiciones de verdad: O se dan o no hay reconocimiento de la farsa
electoral. En esto tienen que ser serios los actores sociales indispensables
y que están al margen de las maniobras bastardas de los politicastros
de ocasión que comercian desde la oposición con el chavismo. Y en esto
tiene que comprometerse el candidato que dice hablar por los que no
aceptamos la imposición cubana en nuestro país por largos años más.

Que quede claro de una vez y desde ahora que si no se aceptan
condiciones elementales para una elección libre y transparente, no se
reconocerá el resultado oficial, que no se cohonestará otra nueva farsa.

Abstencionista no es quien deja de votar; abstencionista es quien renuncia
a su derecho a elegir para conformarse solamente con la oportunidad de
votar.

Caracas, 30 de marzo de 2013


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