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21/3/13

La trampa de las “condiciones” por Luis Betancourt Oteyza


“Cuando todos están de acuerdo,es que alguien no está pensando”
General George Patton

Los que tratamos de orientar la opinión tenemos que pensar bien qué decimos, o mejor escribimos, para que no se queden nuestras palabras, opiniones, en tan solo gestos sino que tengan alguna trascendencia en la mente y acciones de los que nos rodean. La primera condición para lograr esto es que actuemos de buena fe, que no pretendamos manipular a nuestros escasos lectores amigos; la segunda, es que lo que queremos inducir se traduzca en acciones posibles, porque si no solo provocaremos frustración o fantasía. Cuando los problemas que nos agobian son grandes, estas premisas son más acuciantes y obligatorias: no se puede perder el tiempo en especulaciones o travesuras.

Estamos preocupados porque vemos que se adelanta una campaña desde la sociedad que se trata de defender del chavismo para combatir el fraude electoral del 14 de abril próximo y que se ha ejecutado en todas las elecciones posteriores a la de 1998, y estamos hablando de 17 procesos electorales, nada más ni nada menos. Se ha torcido la voluntad soberana reiteradamente en 17 consultas al pueblo y el pueblo sigue esperanzado, cada vez menos, es verdad, en poder imponer su voluntad. En este sinfín laberíntico ha tenido una gran responsabilidad los que dicen hablar y representar a las víctimas del chavismo.

Y en este punto tenemos que hacer, como siempre un aparte. Hay que diferenciar a Chávez, el chavismo y los chavistas. Chávez ya no está, no cuenta aunque contó para hacer todo el mal que dejó; los chavistas son los seguidores que, de buena o mala fe, han sido utilizados para montar la tragedia que todos vivimos, incluyéndolos a ellos; y, el chavismo es esa actitud que explotan los resentidos venidos de la izquierda fracasada, a los que se suman los nuevos resentidos que se asomaron a la modernidad, sin saber que allí estaban, gracias a la oportunidad de una educación, civil y militar, que les dio una civilización que no buscaban.

Pues bien, decíamos que la sociedad democrática está tratando de montar una campaña para defenderse del fraude que le tiene preparado el chavismo para las próximas elecciones, y esa campaña se está orientando hacia una trampa; una trampa porque nos está ofreciendo combatir la fiebre, la infección que nos matará, sin atacar el tumor que lo origina. Se denuncian síntomas que ocultan la verdadera causa del mal y que nos distraen de él. En el llano, el alcaraván y la tortolita se hacen los heridos y débiles para alejar a los predadores del nido donde yacen sus huevos o crías; así le está haciendo a la oposición el chavismo.

Un grupo de diputados de la oposición, muy serio y combativo, se ha dirigido al CNE y a nosotros exigiendo unas “condiciones” electorales para lograr una consulta soberana, transparente y justa. En ese intento se ha pedido la desactivación de algunos mecanismos malignos y la implantación de otros impecables. Se ha exigido la eliminación de las máquinas verificadoras del elector a las puertas de los centros de votación, el uso de tinta indeleble de verdad, la suspensión del manipulador sistema de autenticación del elector –capta huella conectada a la máquina de votación-, verdadero sistema opresor y coercitivo, aunque inútil en la práctica, y el retiro de la vergonzosa milicia del Plan República, entre otras irregularidades evidentes. Todo esto suena bien y suficiente. Pero es un tremendo engaño; engaño para los promotores de la iniciativa, por débil, y engaño a todos nosotros: Allí no está el fraude. El fraude está, como bien lo pinta la caricatura de Rayma hoy en El Universal, en el árbitro, el árbitro, no parcial, que sería lo de menos, el árbitro de mala fe, que es el peor de las corrupciones; el juez-parte, el que es más que cómplice, el traidor. Además está el REP, no contaminado o erróneo, no, el registro de electores construido con votos de más a ser utilizados a discreción, como un cuerpo de ejércitos de reserva en caso de necesidad o de relleno para aplastar al enemigo débil. Y por último, pero no por ello menos esencial, el sistema electrónico de votación con el uso de máquinas de lotería que mezclan y cambian los votos a voluntad del que las prepara. Estas son las verdaderas armas del fraude, lo demás, eso que llaman “condiciones” y que se atacan ahora son el relleno, el camuflaje, los señuelos que nos lanzan para explicarnos, elección tras elección, porqué no triunfa la mayoría desde el 2004. Nos convencemos que perdemos por esos artilugios de utilería que son las capta huellas o las “movilizaciones” de última hora, cuando la verdad es que desde el CNE unas comprometidas chavistas, y su maquinaria, tienen de antemano preparado el fraude que disfrazarán detrás de los abusos que combate la oposición como condiciones esenciales para una votación y elección libre, justa y transparente. Entiéndase esto bien.

El camino que hemos tomado es el de atacar los muñecos de paja, que estorban pero no pelean. Si nos complacen, quedaremos satisfechos y entonces avalaremos el fraude electrónico preparado por unos árbitros sin esa condición, con la manipulación de un REP adulterado, y que les dará para todo, y unas máquinas electrónicas de votación que cambian cualquier voto.

Las verdaderas “condiciones” son: Un árbitro decente, honesto y leal a la verdad, y no al chavismo; un REP revisado y depurado; y, una votación manual, como en las democracias que se respetan. Y esas tres son una santa trinidad indisoluble e irrenunciable. Lo demás es trampa, utilería, escenografía de democracia, y no podemos seguir ciegos por timidez. Debemos exigir lo que se necesita y no lo que se pueda lograr, aunque suene a más de lo que tenemos ahora. No caigamos en espejismos ni malabarismos, vengan de donde vengan ¡Ya basta!

Caracas, 19 de marzo de 2013           

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