“Cuando todos están de acuerdo,es que alguien no
está pensando”
General George Patton
Los que tratamos de orientar la opinión tenemos
que pensar bien qué decimos, o mejor escribimos, para que no se queden nuestras
palabras, opiniones, en tan solo gestos sino que tengan alguna trascendencia en
la mente y acciones de los que nos rodean. La primera condición para lograr
esto es que actuemos de buena fe, que no pretendamos manipular a nuestros
escasos lectores amigos; la segunda, es que lo que queremos inducir se traduzca
en acciones posibles, porque si no solo provocaremos frustración o fantasía.
Cuando los problemas que nos agobian son grandes, estas premisas son más
acuciantes y obligatorias: no se puede perder el tiempo en especulaciones o
travesuras.
Estamos preocupados porque vemos que se adelanta
una campaña desde la sociedad que se trata de defender del chavismo para
combatir el fraude electoral del 14 de abril próximo y que se ha ejecutado en
todas las elecciones posteriores a la de 1998, y estamos hablando de 17
procesos electorales, nada más ni nada menos. Se ha torcido la voluntad soberana
reiteradamente en 17 consultas al pueblo y el pueblo sigue esperanzado, cada
vez menos, es verdad, en poder imponer su voluntad. En este sinfín laberíntico
ha tenido una gran responsabilidad los que dicen hablar y representar a las
víctimas del chavismo.
Y en este punto tenemos que hacer, como siempre un
aparte. Hay que diferenciar a Chávez, el chavismo y los chavistas. Chávez ya no
está, no cuenta aunque contó para hacer todo el mal que dejó; los chavistas son
los seguidores que, de buena o mala fe, han sido utilizados para montar la
tragedia que todos vivimos, incluyéndolos a ellos; y, el chavismo es esa
actitud que explotan los resentidos venidos de la izquierda fracasada, a los
que se suman los nuevos resentidos que se asomaron a la modernidad, sin saber
que allí estaban, gracias a la oportunidad de una educación, civil y militar,
que les dio una civilización que no buscaban.
Pues bien, decíamos que la sociedad democrática
está tratando de montar una campaña para defenderse del fraude que le tiene
preparado el chavismo para las próximas elecciones, y esa campaña se está
orientando hacia una trampa; una trampa porque nos está ofreciendo combatir la
fiebre, la infección que nos matará, sin atacar el tumor que lo origina. Se
denuncian síntomas que ocultan la verdadera causa del mal y que nos distraen de
él. En el llano, el alcaraván y la tortolita se hacen los heridos y débiles
para alejar a los predadores del nido donde yacen sus huevos o crías; así le
está haciendo a la oposición el chavismo.
Un grupo de diputados de la oposición, muy serio y
combativo, se ha dirigido al CNE y a nosotros exigiendo unas “condiciones”
electorales para lograr una consulta soberana, transparente y justa. En ese
intento se ha pedido la desactivación de algunos mecanismos malignos y la
implantación de otros impecables. Se ha exigido la eliminación de las máquinas
verificadoras del elector a las puertas de los centros de votación, el uso de
tinta indeleble de verdad, la suspensión del manipulador sistema de
autenticación del elector –capta huella conectada a la máquina de votación-,
verdadero sistema opresor y coercitivo, aunque inútil en la práctica, y el
retiro de la vergonzosa milicia del Plan República, entre otras irregularidades
evidentes. Todo esto suena bien y suficiente. Pero es un tremendo engaño;
engaño para los promotores de la iniciativa, por débil, y engaño a todos
nosotros: Allí no está el fraude. El fraude está, como bien lo pinta la
caricatura de Rayma hoy en El Universal, en el árbitro, el árbitro, no parcial,
que sería lo de menos, el árbitro de mala fe, que es el peor de las
corrupciones; el juez-parte, el que es más que cómplice, el traidor. Además
está el REP, no contaminado o erróneo, no, el registro de electores construido
con votos de más a ser utilizados a discreción, como un cuerpo de ejércitos de
reserva en caso de necesidad o de relleno para aplastar al enemigo débil. Y por
último, pero no por ello menos esencial, el sistema electrónico de votación con
el uso de máquinas de lotería que mezclan y cambian los votos a voluntad del
que las prepara. Estas son las verdaderas armas del fraude, lo demás, eso que
llaman “condiciones” y que se atacan ahora son el relleno, el camuflaje, los
señuelos que nos lanzan para explicarnos, elección tras elección, porqué no
triunfa la mayoría desde el 2004. Nos convencemos que perdemos por esos
artilugios de utilería que son las capta huellas o las “movilizaciones” de
última hora, cuando la verdad es que desde el CNE unas comprometidas chavistas,
y su maquinaria, tienen de antemano preparado el fraude que disfrazarán detrás
de los abusos que combate la oposición como condiciones esenciales para una
votación y elección libre, justa y transparente. Entiéndase esto bien.
El camino que hemos tomado es el de atacar los
muñecos de paja, que estorban pero no pelean. Si nos complacen, quedaremos
satisfechos y entonces avalaremos el fraude electrónico preparado por unos
árbitros sin esa condición, con la manipulación de un REP adulterado, y que les
dará para todo, y unas máquinas electrónicas de votación que cambian cualquier
voto.
Las verdaderas “condiciones” son: Un árbitro
decente, honesto y leal a la verdad, y no al chavismo; un REP revisado y
depurado; y, una votación manual, como en las democracias que se respetan. Y
esas tres son una santa trinidad indisoluble e irrenunciable. Lo demás es
trampa, utilería, escenografía de democracia, y no podemos seguir ciegos por
timidez. Debemos exigir lo que se necesita y no lo que se pueda lograr, aunque
suene a más de lo que tenemos ahora. No caigamos en espejismos ni malabarismos,
vengan de donde vengan ¡Ya basta!
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