“El espíritu de resistencia es lo que ha enseñado al
hombre a ponerse de pié y a asumir posición erguida, en lugar de andar en
cuatro patas”
Winston Spencer Churchill
La Guardia
Nacional fue fundada por el más civil de los militares gomecistas y precursor
esclarecido de nuestra era democrática moderna, el General Eleazar López
Contreras, mediante decreto del 4 de agosto de 1937. Su misión fue definida por
los objetivos de: “Defender y preservar el hogar venezolano, las garantías
individuales y la propiedad”.
Fue concebida como un cuerpo moderno para su
época pues debía actuar como una policía rural “a caballo” que guareciera a esa
Venezuela campesina huérfana de protección. Rufino Blanco Fombona orientó a
López Contreras recomendando la asesoría de la Guardia Civil española, cuyos
oficiales en misión fueron los primeros instructores del cuerpo que nació bajo
el comando del Coronel Aniceto Cubillán en su primera sede caraqueña de la
quinta Villa Zoila, antigua residencia del déspota Cipriano Castro, devenida en
ergástula para tormento a los jóvenes oficiales del ejército caídos con el
Capitán Luis Rafael Pimentel en su conspiración de febrero de 1919, y que allí
fueron colgados por sus testículos para que confesaran los comprometidos en su
afán de libertad contra aquella dictadura, y donde tuvo el cuestionado honor de
sufrir mi padre, el subteniente Pedro Betancourt Grillet. De esos primeros
pasos, ajenos a ese horror, la Guardia Nacional fue creciendo en utilidad y
afecto en los en venezolanos, sobre todo
en el campo, hasta que su Comandante (de verdad) Oscar Tamayo Suárez llevó el
cuerpo, en puja histórica con el anterior dictador, Marcos Pérez Jiménez, al
rango de “Fuerzas Armadas de Cooperación”(1954), y de allí a cuarto componente
de nuestras FAN (Art. 328 de la C.N.). Esta realidad produjo una rivalidad con
el ejército de tierra, por la semejanza del uniforme y su despliegue
territorial no constreñido a los cuarteles, que quiso resolver el Tirano Chávez
en los primeros momentos de su gestión acosando a la GN, desprestigiándola ante
el pueblo con su verborrea irresponsable, al punto de prohibirle actuar en
defensa del orden público con ocasión de algún disturbio en el oriente en aquel
entonces. Esta amenaza llevó a los altos mandos del componente a dos
posiciones: una digna, que se rebeló el 11 de abril de 2002, y otra rastrera
que ha pervivido hasta ahora, para vergüenza de sus oficiales y guardias. Hoy,
bautizada forzosamente “Guardia Nacional Bolivariana” o “Guardia del Pueblo”,
los venezolanos la vemos como “Guardia Bolivarista”, por su conducta delictual
y mercenaria. El chavismo la ha utilizado para abusar del pueblo, ponerla al
frente de atropellos de todos, empezando por los más humildes y, como las
antiguas tropas bárbaras, permitirles el saqueo de bienes y personas. Esto lo
resiente el guardia y sus oficiales honestos, que son la mayoría. Ellos esperan
su momento para regresar a vivir su honor como divisa.
Nicolás Maduro fue anunciado como su heredero por
el Tirano Chávez en el adiós definitivo del 9 de diciembre de 2012. Ejercía
como canciller y vicepresidente, en prueba de la carencia del régimen: no había
muchos para tantas complicidades, a criterio de La Habana. Su origen se
disfraza de líder sindical del metro de Caracas aunque nadie lo recuerda en
esas lides. Su deslinde con la decencia política la inició en sus primeros
pasos del régimen ofendiendo y maltratando a cuantos despreciaba por distintos
a él y sus consignas. Muchos pensamos que su patología provenía de tan solo un
resentimiento social e intelectual acunado en sus orígenes y prejuicios
familiares, sin advertir que desde tempranas épocas se había adherido a la
dictadura cubana de los crueles hermanos Castro.
Era su agente no descubierto y
solo eso explicaba que con tan pocas luces figurara en las más altas posiciones
del oficialismo. La lealtad no explicaba todo y tuvo que llegar la agonía de
Chávez para descubrir el origen de su poder y encargo: Maduro es un agente de
Fidel Castro y su régimen; no responde a intereses venezolanos, revolucionarios
o militares, no, es un hombre de Fidel entonces y ahora de Raúl Castro y Ramiro
Valdés. Todo se devela su tiempo, como ocurrió con los viejos espías del
decadente imperio soviético y la guerra fría.
Estas precisiones que nos anteceden vienen al caso
por la rebelión que ha marcado nuestra Historia por unos jóvenes estudiantes
que se han atrincherado frente al peor enemigo hoy de Venezuela, su libertad y
su futuro: Cuba comunista. En valiente e inteligente gesto, casi un Falke
caraqueño, se atropellaron por las calles de Chuao, contra fuerzas policiales y
militares superiores, contra armas de contundencia y fuego, para protestar por
el dominio de Cuba comunista sobre los venezolanos, incluidos sus compañeros de
las academias militares. Fueron reprimidos, golpeados y atropellados con saña
por efectivos que visten el uniforme de la GN pero que en su espíritu son unos
“bolivaristas mercenarios”. Los detuvieron para vejarlos pero no se atrevieron
porque entre ellos hay quienes quieren tener honor por divisa y repudian este
régimen traidor. Hoy allí están, al pie de la barricada, cantando sus himnos y
consignas; retando al poder cubano que nos domina y dirige a nuestros traidores
chavistas. Pasando frío y carencias materiales, pero henchidos de patria y
orgullo; exaltando un pundonor del que habla el himno de nuestra Academia
Militar que ya no se canta porque sigue siendo una oda a la dignidad, hoy
escondida y avergonzada para los cadetes y cuarteles.
Esta gesta estudiantil la ha calificado Maduro de
“detestable”. Y no puede hacer menos el agente de Fidel ayer y hoy de Raúl. Que
enseña una pobre foto del Tirano leyendo con sus hijas un falso periódico para
justificar su ilegal e inconstitucional vicepresidencia; que pretende hacer
valer su usurpación con desparpajo con un montaje ridículo del agónico Tirano.
Miente como le ordena su amo, que no es el pobre Chávez sino el verdadero:
Fidel entonces, y hoy Ramiro Valdés y Raúl Castro. Mientras tanto nuestras FAN
tragan grueso por el papelazo de alcahuetes a que han sido colocadas en este
reparto de Venezuela a potencias e intereses coloniales de nuevo cuño, que no
creen que esta es la patria de Bolívar, Sucre, Páez, López Contreras y tantos
que nos dieron el orgullo de ser venezolanos, como estos estudiantes
atrincherados detrás de un tricolor y una vergüenza que nos honra ¡Ya basta!
Caracas, 17 de febrero de 2013
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