Se "vive" una especie de anarquía en la que cada quien pretende hacer lo que le viene en gana.
El Universal sábado 16 de febrero de 2013
Hay verdades que no se pueden ocultar. Una: hace ya más de dos meses que al Presidente electo no se le ve ni se le escucha, aun cuando se sabe que permanece recluido en un hospital de alta seguridad en Cuba, lo cual evidencia su ausencia. Otra: gran número de entendidos en materia económica venían señalando desde el año pasado que era inevitable la devaluación del bolívar "fuerte" para, entre otras cosas, tratar de reducir el déficit fiscal que había superado con creces el ocho por ciento del Producto Interno Bruto, debido al incremento del gasto público en un veintiséis por ciento en términos reales, con el propósito de utilizarlo en buena parte para los fines electorales del régimen. Adicionalmente, todos hemos sufrido las consecuencias del desabastecimiento que existe en el país, no solo de alimentos de primera necesidad como el arroz, el azúcar, la harina precocida y la de trigo, el aceite, la carne de res, de pollo, de cerdo y algunas otras que sería largo enumerar, sino también de medicamentos, repuestos, y por si fuera poco, a esto se une la inseguridad que azota a la ciudadanía, las fallas constantes de electricidad, las carencias hospitalarias y la falta de mantenimiento.
Todo ello nos lleva a pensar que en los actuales momentos el país carece de gobierno, se "vive" en una especie de anarquía en la que cada quien pretende hacer lo que le viene en gana. Así vemos cómo las cárceles se encuentran en manos de los "pranes" y las instituciones que deben resguardar el cumplimiento de las leyes se limitan a acatar lo que le señalan quienes dirigen el partido de gobierno. Aquellos que dicen ostentar autoridad obedecen las instrucciones que llegan desde La Habana, las cuales parece que no provienen de quien podría hacerlo, si estuviera capacitado y habilitado.
Cuando se ven con el agua al cuello porque ya la escasez los pone a tambalear, proceden a devaluar la moneda, pero buscan como excusa que lo hacen con el propósito de incentivar las exportaciones, cuando todo el mundo sabe que en este país lo único que se exporta actualmente es petróleo y no precisamente para obtener divisas, ya que buena parte de estas exportaciones sirven para pagar deudas que se han contraído con fines que son desconocidos por la mayoría, o para regalar a quienes nos subyugan o a quienes siempre están dispuestos a ensalzar al paciente.
En fin, todo es un engaño. La exagerada propaganda oficial nos machaca constantemente que esta supuesta revolución socialista ha logrado que se respete nuestra soberanía y se promueva el desarrollo endógeno, es decir, el que se origina en Venezuela, pero lo cierto es que aquí lo único que se ha promovido son las importaciones y eso en lugar de resguardar nuestra soberanía nos ha hecho más dependientes. ¿Hasta dónde van a llegar? Hasta donde se les permita. De lo que sí estamos seguros es que están jugando con fuego y quien lo hace generalmente termina quemado. Nunca es tarde para la reflexión y la prudencia.
julio.davilacardenas@gmail.com
Todo ello nos lleva a pensar que en los actuales momentos el país carece de gobierno, se "vive" en una especie de anarquía en la que cada quien pretende hacer lo que le viene en gana. Así vemos cómo las cárceles se encuentran en manos de los "pranes" y las instituciones que deben resguardar el cumplimiento de las leyes se limitan a acatar lo que le señalan quienes dirigen el partido de gobierno. Aquellos que dicen ostentar autoridad obedecen las instrucciones que llegan desde La Habana, las cuales parece que no provienen de quien podría hacerlo, si estuviera capacitado y habilitado.
Cuando se ven con el agua al cuello porque ya la escasez los pone a tambalear, proceden a devaluar la moneda, pero buscan como excusa que lo hacen con el propósito de incentivar las exportaciones, cuando todo el mundo sabe que en este país lo único que se exporta actualmente es petróleo y no precisamente para obtener divisas, ya que buena parte de estas exportaciones sirven para pagar deudas que se han contraído con fines que son desconocidos por la mayoría, o para regalar a quienes nos subyugan o a quienes siempre están dispuestos a ensalzar al paciente.
En fin, todo es un engaño. La exagerada propaganda oficial nos machaca constantemente que esta supuesta revolución socialista ha logrado que se respete nuestra soberanía y se promueva el desarrollo endógeno, es decir, el que se origina en Venezuela, pero lo cierto es que aquí lo único que se ha promovido son las importaciones y eso en lugar de resguardar nuestra soberanía nos ha hecho más dependientes. ¿Hasta dónde van a llegar? Hasta donde se les permita. De lo que sí estamos seguros es que están jugando con fuego y quien lo hace generalmente termina quemado. Nunca es tarde para la reflexión y la prudencia.
julio.davilacardenas@gmail.com
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