“Hombre
con miedo no besa mujer bonita”
Refrán
llanero
He
pensado mucho el contenido, propósito y oportunidad de este “desahogo”. Me he
propuesto siempre tratar de ser útil en estos pequeños artículos; ocasionales,
producto de sentimiento pero guiados por la razón. Recuerdo siempre la grave
advertencia de ese ciudadano supremo del mundo que supo ser Winston Churchill:
“El problema de los hombres de este tiempo es su inclinación a ser más
importantes que útiles”. Por eso quiero aportar más que destacar, y creo saber
la diferencia.
La
inquietud primera es qué decir ante la derrota que sufrió la libertad y la
democracia venezolana este 7 de octubre que pudiera contribuir a orientar a
alguna salida de la tragedia que se ha aposentado en nuestra nación. Aunque
parezca impertinente a estas alturas del tiempo y ante otro sexenio chavista,
nos asalta la ambición de pensar que algo se puede, que la inercia no es la
actitud ni que la resignación es el camino. Nunca nos podemos rendir ante la
injusticia ni el atropello, jamás.
Callamos
mucho en la campaña porque nuestras opiniones trataron, sin mentir ni engañar,
de animar al combate más allá de lo electoral. Le escribimos a los sectores de
poder real y a los ciudadanos más confiables, a nuestros jóvenes civiles y
militares. A ellos les volvemos a tocar la puerta.
En
estos 14 años de Tiranía chavista hemos vivido una paradoja insoportable, la
paradoja de la falsa democracia. Paradoja, de acuerdo con nuestro RAE, es:
“Aserción inverosímil o absurda, que se presenta como con apariencia de
verdadera”. Así hablamos de vivir en democracia, de ser una democracia, de
respetar una democracia, sin ser una democracia. La democracia tiene unas
características que le son propias y la definen, y que van más allá de lo
electoral, pero donde esto le es sustancial como método de consulta y mando del
demos, el pueblo. Y resulta que en Venezuela nuestro sistema de elecciones, el
sistema electoral, está pervertido y desnaturalizado. Todos sabemos que esto es
cierto, que tenemos un registro de electores secreto y oculto para la sociedad,
construido por el gobierno a su antojo; unos árbitros escogidos en violación a
la ley, parciales y cómplices del gobierno; unos tribunales electorales sumisos
al gobierno, y unos procedimientos diseñados para evitar la derrota del
gobierno. Esto no lo puede negar nadie, desde el gobierno o desde la llamada
oposición, lo sabemos todos; sin embargo, por una supuesta conveniencia lo
aceptamos y lo sufrimos sin queja ni denuncia. Es más, los llamados a
representar y dirigir a la oposición se han impuesto el absurdo propósito de
convivir con esta aberración y tratar de que los demás nos abstengamos de
criticar ese absurdo.
Acomplejados por una rebelión de la sociedad en 2005, que
dijo basta y se negó a convalidar la farsa de una trampa electrónica, y a la
que no supieron ni tuvieron la entereza de representar con dignidad, han ido
convalidando, en cada una de las 18 elecciones que llevamos realizadas en estos
14 años, un sistema perverso que nunca, óigase bien, nunca, va a permitir que
el chavismo pierda el Poder –con mayúscula- en Venezuela. Puede que se les
escapen posiciones subalternas en gobernaciones y alcaldías en algunas
ocasiones, pero jamás el verdadero Poder que ejercen desde la Presidencia, la
Asamblea, el CNE, el TSJ y las FAN; lo demás será motivo de cerco y agotamiento
por las vías presupuestarias, inconstitucionales de las comunas o mandos
paralelos. Ya está visto, y ya se verá con mayor claridad en esta nueva etapa
de “diálogo” que se anuncia en el nuevo round del Tirano.
Esta
entrega al sistema más “moderno” de votaciones que se conoce en el mundo lo
hemos sufrido los que hemos pretendido reclamar una revisión del registro
electoral, adulterado y engrosado groseramente; los que hemos pretendido
denunciar unos rectores comprometidos, activas la mayoría y pasivo el otro, con
los designios descarados del gobierno; los que hemos denunciado los aparatos
más originales y estrambóticos que se puedan imaginar en mentes tramposas como
las máquinas de control de ingreso a los centros de votación o las capta
huellas conectadas a las de votación, sin otro propósito ni sentido que el de
la coacción al elector; no sólo hemos sufrido el desprecio olímpico del
gobierno sino el rechazo aterrado de la oposición ¡Calla que eso estimula la
abstención! Nos espetan sudando sus nervios oportunistas y cínicos. En gestos
de inaudita complicidad, los llamados a defender el voto opositor se han
trocado en los esbirros más acérrimos del CNE chavista ¡Chiiito!
Cuando
estábamos por realizar el famoso referéndum revocatorio, un amigo me advirtió
que se nos preparaba un fraude bajo la modalidad del “perdigonazo”. Todos
sabemos que las armas de fuego de caza son de dos tipos: el fusil, que dispara
un solo proyectil y que ése debe atinar a la pieza, y la escopeta, que tiene la
ventaja de disparar varios plomos contenidos en una cápsula pero que cada uno
puede dar con la pieza. Pues bien, el fraude diseñado es así, un perdigonazo:
se disparan muchas municiones con la idea que alguna alcance el objetivo de
burlar la voluntad popular, y su desempeño varía según las circunstancias de
lugar: en unos sitios se requerirá más electores fantasmas que otros, mientras
en otros se suplirán los electores que no concurran, o se totaliza de acuerdo
con lo preestablecido en los “software”; por eso vemos los resultados curiosos
de 457 votos para Chávez y 0 para la oposición… Como éstos podemos repetir un
anecdotario casi infinito. Cuando la oposición empieza a corregir las maniobras
diseñadas, se le meten otros plomos al cartucho y listo, así nacen las capta
huellas conectadas a las máquinas o los “software” de nueva generación. El
sistema electoral se va haciendo cada vez más perverso mientras la oposición lo
va avalando en cada gesta pues no se puede denunciar lo montado porque eso
“estimula la abstención” y es traición, punto.
Pero
resulta que para muchos se acabó el juego. No estamos dispuestos a seguir el
chantaje del chavismo ni de la MUD; no vamos a votar con un sistema tramposo ni
volveremos a aceptar el voto electrónico. Queremos votar como los mexicanos, colombianos,
peruanos, chilenos, españoles, alemanes, daneses, italianos, canadienses,
americanos, franceses, etc. y demás democracias que se respetan. Ya basta de
burlas y fraudes. Si no hay elecciones, pues no habrá elecciones; no es nuestra
primera vez, ya llegarán otra vez.
Caracas,
9 de octubre de 2012
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