31/7/11
El desprecio por Pico A. Geno
29/7/11
Genuflexión Militar por Luis Betancourt Oteyza
“El espíritu de resistencia es lo que ha enseñado al hombre a ponerse de pie y asumir una posición erguida, en lugar de andar a cuatro patas” Winston S. Churchill
Se ha publicado una foto de la llegada de Chávez a Maiquetía el sábado 24 de julio pasado, donde fue recibido, entre otras personas, por un grupo de cadetes de la Armada en una extraña posición,donde para unos estaban de rodillas mientras para otros en cuclillas. La foto, estoy seguro tomada con toda la intención oficial, es decir mala, y por el chavismo difundida, ha merecido toda clase de comentarios y críticas. Al principio cundió la indignación, natural al ver a unos muchachos de nuestra escuela naval postrados ante el Chafarote, pero luego surgieron,de expertos en asuntos de la milicia, explicaciones sobre las distintas posturas que se acostumbran en el ámbito militar. Unos dijeron que es algo normal, que cuando la formación de tropa tiene mucho tiempo parada se acostumbra esa posición de descanso, que se apoyan en el fusil y se acuclillan, que es algo más que el descanso a discreción; otros, más contagiados de la indignación inicial, aseguran que sólo hincan la rodilla en la ceremonia religiosa y cuando la consagración del Señor, que nunca se ordena arrodillar a los cadetes ante humano alguno.
Como no soy experto en protocolos castrenses y tan solo un ciudadano del mundo civil, abogado para más señas, sólo puedo expresar mis sentimientos sobre la famosa imagen de nuestros cadetes hincados o agachados, postrados, ante Chávez al momento que regresaba de su patria cubana, a la que hace tiempo llama el mar de la felicidad.
Me disgustó la foto de marras, tomada con la autorización de los poderes mediáticos oficiales, que todo lo regulan, desde las imágenes del último motín de El Rodeo hasta los debates de la asamblea, que arrebatan cámaras a los fotógrafos de medios independientes o críticos del desastre que vivimos, y puesta a circular con entusiasmo y orgullo, orgullo de mostrar a unos seres humanos, ciudadanos de la patria, jóvenes aspirantes a una de las profesiones más sacrificadas de la sociedad, en una posición no cónsona con el momento para el que fueron llamados. Puede que algunos militares tengan razón y esa postura es usada en determinadas circunstancias de la vida castrense; que a los cadetes se les permita como descanso en maniobras cuando el estar de pie requiere de pausa, pero todo tiene su momento y significación. Por lo que he podido ver y recordar, al Presidente de la República de Venezuela lo solían recibir nuestros cadetes en estricta formación, firmes y presentando armas al frente, al paso de su revista, bien fuera por el mandatario nacional solo o en compañía de un dignatario extranjero, nunca de rodillas ni agachados. La postura exigida siempre era de dignidad, en respuesta a la del atendido ¿Qué habrían pensado los venezolanos, civiles y militares, si nuestros cadetes hubieran recibido al Presidente Álvaro Uribe de rodillas, o si así recibieran de cuclillas en un futuro al Presidente Eduardo Santos de Colombia? ¿Qué sería del Golfo de Venezuela si esa práctica se generaliza? Claro que lo ocurrido al amanecer del aniversario del natalicio de Simón Bolívar en Maiquetía con el uso de nuestros cadetes navales fue sólo una manifestación forzada y arrancada al mando regular del grupo, pelotón o compañía por el propio Chávez, para hacerrecibir a un comandante de espíritu cubano de hoy aunque nacido circunstancialmente en Sabaneta.
Caracas, 28 de julio de 2011
28/7/11
Ley de costos y precios justos por Oswaldo Páez-Pumar
Aunque soy abogado no escribo a mis compatriotas, por inútil, sobre los aspectos jurídicos de la nueva ley. Les escribo sobre la “nomenklatura”. Es decir, sobre los que van a revisar sus costos para determinar el “precio justo” de lo que producen. Mientras ellos estén ocupados en esa revisión para que el pueblo no soporte un “precio injusto”, por supuesto no producirán ni bienes, ni servicios, salvo claro el servicio de ofrecer bienes a precios justos que primero escasean y luego desaparecen.
Quizá usted cree que están haciendo un esfuerzo de buena fe para que le alcance el escuálido salario para comprar comida, ropa, artículos de aseo personal y algunas otras cositas, que “el pérfido imperio del capitalismo salvaje” frustra. No le falta razón.
Ese esfuerzo también de buena fe lo hicieron Lenín y Stalin y planificaron lo que debía hacer y producir cada ruso, pero como la población rusa era (y es) muchísimo mayor que la venezolana, tuvieron que tener muchísima gente supervisando y provocaron hambrunas y muertes por millares que eran paliadas por enormes envíos de trigo desde el imperio para las hambrientas poblaciones. Claro con la doble intención de explotarlos.
Luego vino Mao y con la misma buena fe controló todo lo quese producía y como había tanto chino, los chinos que controlaban sin producir, salvo el servicio de garantizar justo precio, eran millones; y por supuesto murieron millones, famélicos.
Después Castro, a él le gusta que lo llamen Fidel, yo no lo llamo así sino Castro, porque ha castrado más de dos generaciones de cubanos. Ustedes saben lo que pasa allá y por eso no voy a redundar.
Veamos ahora que pasa aquí. Estamos produciendo menos de todo, salvo en homicidios, atracos, secuestros y otros rubros que menciono a disgusto porque son cosas materiales, como cemento y cabilla, que sirven para hacer casas, pero no para derrotar al “pérfido imperio del capitalismo salvaje”.
Caramba, debo terminar este artículo que se suponía era sobre la nomenklatura y casi hice como Chávez me desvié y hablé de todo menos de eso.
Rectifico, la nomenklatura son los supervisores que viven bien, están gordos y nos protegen de los especuladores y cuyos jefes Stalin, Mao, Castro y su hijo adoptivo no carecen de nada y si se enferman no hacen cola para que los atiendan.
Por eso hay cada vez menos personas produciendo y más en la nomenklatura por lo que el jefe ante tan escuálida producción pide un día de trabajo gratis por la revolución. Es el preludio a la esclavitud.
Caracas, 27 de julio de 2011
El Rodeo por Oswaldo Páez-Pumar
Oswaldo Álvarez Paz por Oswaldo Páez-Pumar
No podía ser de otra manera tocayo. Ya hace unos años señalé que usaban la táctica del ladrón que roba y corre gritando ladrón para escapar en medio de la confusión que su grito provoca, porque lo identifican con el perseguidor y ubican al ladrón más adelante.
El juez, en el preciso momento en que el gobierno difunde información falsa sobre la vivienda, la electricidad, los pranes y hasta la enfermedad diagnosticada por el doctor Castro, te imputa a ti ese delito.
Ahora que proyectan despenalizar el abuso de poder, creo que como parte del proyecto socialista que todo lo monopoliza, quieren monopolizar la difusión de información falsa. Sólo el gobierno puede hacerlo y de allí que se te impute, aunque lo tuyo no sea información sino opinión. Es decir, no entiendo porqué el juez no te imputó por competencia desleal.
En el caso tuyo es desleal la competencia porque usaste un medio televisivo de escasa cobertura y no una transmisión en cadena de radio y televisión. Recuerda que los comunistas hicieron suya la consigna de que “una mentira mil veces repetida se convierte en verdad”.
En consecuencia, si es en cadena ya es verdad y si la cadena se retransmite, dogma de fe.
Tu caso, como muy bien lo advertiste a la prensa no es jurídico, sino político. Pero déjame precisar el alcance de lo político.
El supuesto delito que se te imputa no es por violación de la ley, sino por cuestionar el dogma. El dogma es la palabra del pupilo de Castro, antes lo fue la de Castro mismo y si lo de la enfermedad no es mentira lo volverá a ser.
Pero obviamente, hay algo adicional en lo político. El piache percibió cuando estuviste preso, que estaba alimentando un contendor y por eso te soltaron. El nuevo sentenciador se cuida de que seas juzgado en libertad porque es el dogma imperante, lejos de su ánimo querer actuar por cuenta propia, al contrario coopera con el piache porque la sentencia puede ser usada para eliminar a un contendor por quien venga a sustituir al rufián.
Caracas, 15 de Julio de 2011
21/7/11
Unanimidades y alcahueterías por Luis Betancourt Oteyza
En esta semana que concluye hoy domingo ocurrieron dos actos que merecen atención por inusuales y evidenciar inconsistencias con la lógica y las formalidades obligadas para su justificación. El primero que resalto es el show protagonizado por dos obispos de nuestro episcopado con asistencia, entre otros, de Chávez en su calidad de enfermo. Creo recordar, como alumno ignaciano de los jesuitas, que para impartir los sacramentos, en particular la santa comunión, se requieren condiciones de fondo del receptor, y de forma en el acto, y que su inobservancia anulan el acto y, lejos de otorgar beneficios al creyente, lo convierten en sacrílego, y a los oficiantes en cómplices o igualmente sacrílegos, si se prestan conscientes al adulterado rito. La primera de esas condiciones es que el pretendido beneficiario sea un creyente a carta cabal, sin esguinces blasfemos o heréticos ni practicante de ritos ocultistas; no puede ser seguidor de religiones sincretistas ni fiel a “los espíritus de la sabana”. La segunda, es que debe pedir perdón de sus pecados, sobre todo cuando han sido de comisión pública y notoria, manifestar de intención y hechos su arrepentimiento, y comprometerse a intentar un propósito de enmienda, a no incurrir de nuevo en esos errores o pecados, y, lo más importante, resarcir los daños causados, devolver lo apropiado y liberar los presos políticos. Pero resulta que el Chávez del martes 12 de julio pasado no lo vimos manifestando su arrepentimiento por los males causados a los venezolanos, como los 170.000 asesinados por su indolencia, su incitación al odio y su justificación pública a la comisión de delitos bajo la excusa de la necesidad, como cuando inauguró su mandato en el aquel desfile militar celebratorio de su fallido golpe del 4-2, en la cara de la entonces Presidente de la CSJ; tampoco arrepentirse de los soldados y civiles caídos por su felonía golpista; ni le hemos visto y sentido manifestando propósito de enmienda por tanto daño injusto causado a personas y bienes durante su largo mandato, sino proponiendo y amenazando con más destrucción. Se podrá afirmar que a lo mejor esos gestos rituales ocurrieron en privado pero es que el acto religioso fue intencionalmente público y a eso se prestaron los obispos Moronta y Sánchez, luego éstos han debido, so pena de escándalo sacrílego, exigir que la actuación completa de las formas fuera también invocada ante todos. Los curas al prestarse a la farsa fueron cómplices de un engaño y coprotagonistas del sacrilegio. Todo sonó a alcahuetería curera.
El segundo hecho que me veo obligado a comentar es la unanimidad de los diputados en la concesión del permiso ad-infinitum para que Chávez se fuera a tratar su grave enfermedad a Cuba. Elegimos a 67 diputados por la oposición para que hicieran cumplir la constitución y las leyes, para que hicieran contrapeso con su minoría a la apabullante mayoría mecánica que maneja Chávez. El permiso para el viaje debe responder a una solicitud con precisión de fechas para su salida y regreso, si no, no es una autorización constitucional sino una sumisión a la arbitrariedad. Visto el motivo alegado, se ha debido exigir el informe médico sobre la dolencia, tratamiento y su tiempo, no por malsana curiosidad sino para evaluar si se estaba ante una ausencia temporal del cargo y prever los mecanismos constitucionales. Nada de esto se hizo para condicionar el voto. Y además, ¿qué mensaje se le está dando al gremio médico venezolano, a sus enfermeras y técnicos? ¿Cuál reconocimiento a nuestros hospitales, públicos y privados? El patriotismo no es desfile de disfraces. Hay veces que la unanimidad también es alcahuetería.
Caracas, 17 de julio de 2011.
7/7/11
EJÉRCITO ROJO SIN STALIN por Luis Betancourt Oteyza
Ni Gobierno, ni Oposición por Luis Betancourt Oteyza
3/7/11
La misma moneda por Oswaldo Páez-Pumar
HUGO CHÁVEZ FRÍAS. ¿Un enfermo nos gobierna? por Humberto Maio N.
"El estado físico mental de determinados dirigentes políticos, oficiales y almirantes, revelan problemas de salud que afectan su vida y su honor y que perjudican de ese modo, directamente, a la seguridad del estado y al bien colectivo".
Nuestra historia nos ha demostrado fehacientemente, que una cantidad respetable de dirigentes políticos y militares que han asumido la primera magistratura del país o han ocupado cargos de gran relevancia y responsabilidad, no estaban en condiciones físicas o especialmente mentales, para desempeñarse con acierto y eficacia, y tomar las mejores decisiones en función del bien colectivo y del interés nacional. También se ha especulado sobre la necesidad, de que así como todo individuo para ejercer su profesión o ingresar a las fuerzas armadas, debe pasar por un riguroso examen médico, físico y psicológico, con más razón el futuro comandante en jefe, cuyas responsabilidades son mucho mayores y cuyo estado de salud atañe a los intereses de la comunidad, debe pasar, por lo menos, los mismos exámenes impuestos a otros con menos responsabilidades. Por otro lado, resulta evidente, que otra de las deficiencias que han demostrado nuestras instituciones democráticas, y la supuesta madurez de nuestros electores, consiste en la de prevenir la llegada al poder supremo, de un enfermo físico y quizás también la de un enfermo mental. Estas consideraciones nos llevan a algunas reflexiones sobre el origen de la voluntad de poder, que el Dr. Pierre Rentchnick, trata admirablemente en su obra: Medicina e Higiene. Los huérfanos gobiernan al mundo. La toma del poder aparece como una compensación de intensas frustraciones sufridas en la infancia, la más importante, la del niño abandonado (huérfano, ilegítimo, rechazado, etc.). El poder se vislumbra desde entonces como una terapéutica, incluso como una droga, una panacea por las frustraciones sufridas, y se comprende entonces esta necesidad de dominar a los hombres, de gobernarlos y hacerles soportar la ley del desquite. Estos hombres no van a admitir nunca abandonar el poder, como consecuencias de comprobaciones médicas, y por lo tanto se les debe desplazar, quitar o destituir, porque para ellos el poder es sagrado e irrenunciable y solo una parte minoritaria e ignorante del pueblo, acepta y admira, este poder carismático de determinados jefes de estado.
Hoy día pareciera que la actitud frente a los que detentan el poder político-militar, colocados en la jerarquía legislativa, ejecutiva, judicial y en la de las fuerzas armadas especialmente en el ejército, oscila entre cuatro vertientes. Una sería la de la aprobación admirativa, adoradora e incluso idólatra. La segunda, opuesta, sería la de una resistencia amarga, sarcástica e irónica, que, absteniéndose de todo impulso de admiración o aceptación, llegaría hasta la imprecación anárquica y el rechazo violento. La tercera vertiente, la de los que siempre flotan como el corcho y sobreviven al temporal. Por último, son pocos los que se plantean seriamente la imperiosa y urgente necesidad de salir, a como dé lugar, del enfermo para salvar a la patria. En consecuencia, resulta un imperativo, que la información médica debe completar la información política y deben afianzarse cada vez más los mecanismos para que el poder establecido no se convierta en abusivo y usurpador.
UNA SINTOMATOLOGÍA PREOCUPANTE.
El ascenso al poder.
Con este hecho se completa un cambio total en la personalidad de Hugo Chávez, que se configura y define radicalmente, una vez que todas las riendas del poder quedan reunidas en su puño. Han aflorado en él, una euforia, una jovialidad dionisíaca, una necesidad de expansión que se manifiesta en la verborrea, las bromas, los retruécanos y la familiaridad, la vehemencia y las pérdidas del control sobre sí mismo. La desinhibición, como dicen los neuropsiquiatras. Rebosa de júbilo, se ha convertido en un poderoso, él, un pequeño venezolano, medio campesino, inculto, medio militar, se siente, a la par de los grandes, tanto al este como al oeste, tanto al norte como al sur, en Asia, África, Europa, el Lejano y Cercano Oriente, en toda la América. Pretende remover a todo el mundo y surcar el planeta.
Manifiesta un deseo incoercible de mostrar su fuerza, de medirla directamente con la de sus adversarios y hasta con la de sus aliados; este deseo le llevará a sustituir personalmente a sus embajadores, a sus ministros. Quiere ver y oír todo por sí mismo, hacer todo por sí mismo se convierte en un néctar. Todo evidencia, que se ha puesto de manifiesto un individuo psicótico-maníaco-depresivo.
El acceso al poder ha borrado todo sentido crítico y de rectificación. El humor maníaco no es forzosamente alegre en él. Puede pasar con gran facilidad de la ironía mordaz a la cólera, hasta la maldad. Persisten en él, sobre todo, la excitación y la extravagancia. Pese a sus responsabilidades de hombre de estado seguirá cantando, bailando y jugando. Hará las delicias de los periodistas. Pero en pequeñas bocanadas de delirio, sus palabras excesivas, sus rabietas fingidas o reales lo comenzarán a ahogar. De seguir su deterioro, puede llegar el momento que no se controlará más y comenzará a ver fantasmas y quienes le rodean se sorprenderán de verle deprimido. Allí comienza el verdadero peligro.
El drama con los maníaco-depresivos.
Hugo Chávez oscila de la culpabilidad del pecado a la exuberancia del deseo. Nadie puede predecir ni prever sus reacciones. Salta desde la profunda necesidad de humillación y de castigo a la glotonería, al festín canibalesco. Lo impulsa un oscuro afán de destruir más que de construir. Provoca a las grandes potencias, más concretamente a Los Estados Unidos, y se atrae como rechazo, obviamente, un odio casi frenético o la desconfianza, de la comunidad internacional civilizada y desarrollada. Se acerca a China, Rusia, Cuba y a los países fundamentalistas musulmanes. Se siente a la par de Los grandes héroes de la independencia, se siente como la reencarnación de Bolívar, un segundo Fidel, otro Mao Tsé Tung, cuando en realidad es apreciado y tenido como una suerte de vándalo tropical y sabanero, sólo comparable en nuestra historia con el indio guamo Juan Nicolás Ochoa, famoso por sus fechorías, desmanes y crueldades, mejor conocido como “Guardajumo”.
Se trata de un carácter hipomaníaco (optimista y oportunista) y su fuerza reside en los rasgos asociados a este tipo de carácter. No se le puede otorgar confianza a largo plazo. No hay que perder de vista que Hugo Chávez es extremadamente rápido en captar y explotar las situaciones inmediatas; su reputación de sagacidad (de la cual está orgulloso) descansa en este rasgo que es puro oportunismo. Es muy receptivo y dispuesto para reaccionar inmediatamente si percibe una posibilidad de ganancia. Es impulsivo en el marco de las metas que se ha fijado. Es un hombre prosaico y directo en su acción. Le gusta poner sus manos sobre algo concreto y con preferencia espectacular. Si parece no comprender, es que, con propósito deliberado, intenta esperar, para luego lanzarse con un despiadado ataque.
Sin embargo, se puede explotar su gran energía y su deseo de hablar ya que padece de una distrofia glosolálica. Esta disfunción consiste en una alteración metabólica que lo induce a desbordarse ante el ruido de sus propias palabras. Esta propensión de su espíritu lo hace aún más adicto a sí mismo de lo que había sido siempre (narcicismo). Tolera mal las frustraciones y se irrita si le contradicen. Necesita hablar directamente. El protocolo o la insistencia sobre la dignidad pueden sacarlo de quicio. Es peligroso "acorralar" a este hombre sin darle alternativas, o en todo caso, ante una situación de confrontación definitiva, no se le puede dar ninguna oportunidad o vía de escape, y se le debe "anular", también en forma definitiva.
Hay que conocer su filosofía.
Realmente Hugo Chávez, no posee una sólida formación intelectual, ni cultural, ni filosófica. Pese a poseer una memoria prodigiosa, su formación es inconsistente y a saltos. Pero, tiene su pequeño mundo propio que no está sujeto a revisión. Su esquema mental rígido responde a un nacionalismo irracional y a un socialismo comunista fuera de época y fuera de todo contexto. Para él, el estado y lo colectivo deben tener primacía sobre el Individuo y existe una incompatibilidad y conflicto permanente entre el "capitalismo salvaje" y su comunismo o socialismo redentor ya que el capitalismo occidental y las grandes potencias, quieren destruir tanto a los estados como a las sociedades de los pequeños países pobres. No está en capacidad para conceptuar el valor que posee la-libertad individual y la posibilidad de una neutralidad frente a los sistemas socio políticos existentes (aspecto paradójico por su nacionalismo exacerbado), o la libre determinación de los estados democráticos. En estas condiciones, no comprende literalmente ciertas premisas, tales como la regla de la mayoría, la elección individual ante una decisión del Estado, la autonomía local, etc. No comprende determinadas reglas de derecho internacional, que no tienen ningún valor ni cuentan ante sus ojos, frente a ciertos desarrollos históricos y más concretamente para su "proyecto revolucionario comunista". Las palabras democracia y libertad tienen para él otro significado. Es esencialmente autoritario y autocrático. Se ve a sí mismo al margen y por encima de las diferencias grupales. Se concibe como lo opuesto a un partido político. Su misión con relación a la sociedad es de naturaleza global o general. Su alcance máximo es la nación como ente social único y como un todo, merecedor de todos los sacrificios, honores y lealtades. Esta concepción lo lleva a rechazar e incluso a odiar a la política, como legítima competencia de intereses contrapuestos. Su mentalidad totalitaria y globalizante, le impide conocer y asumir la lógica de la política y pone en evidencia, su verdadera, disimulada y oculta incapacidad para el diálogo y la negociación política.
La opinión pública nacional, se ha visto sacudida desde hace cierto tiempo, y más recientemente, por una serie de informaciones que ponen de manifiesto un precario estado de salud en Hugo Chávez, ó al menos, por el estricto anonimato y torpe manejo de los funcionarios - la enfermedad no es de Hugo Chávez, es del jefe del estado-, han sembrado serias dudas sobre su supuesta inexpugnabilidad e invencibilidad. Enfermedades que van desde cáncer nasofaríngeo, afección severa en la rodilla, absceso pélvico (consecuencia de apendicitis crónica, diverticulitis grave o tumor prostático), sarcoma de kaposi, septicemia como secuela de una liposucción practicada en su hospital en los sótanos de Miraflores, etc., etc.,etc.
Obviamente, lo que sí pareciera quedar claro, es que respondiendo al clásico esquema marxista y fidelista y propio de los dictadores maníaco-depresivos, se espera un regreso triunfal y apoteósico con el propósito de “aislar y preservar” su imagen ante la inmensa catástrofe nacional en todos los órdenes.
Apreciación final.
Todo intento de acuerdo con este personaje, debe partir de la base de su concepción egoísta, pragmática y excluyente de su "proyecto político castro-comunista” .Desde todo punto de vista, un hombre normal no puede medirse con las proezas energéticas de Chávez.
Hace uso de muchos recursos y viejos trucos, como por ejemplo, la prolongada y excesiva duración de sus cadenas televisivas y radiales, conferencias y actuaciones, que buscan mermar la resistencia de sus adversarios, desmontar y desajustar permanentemente a los medios de comunicación y mitigar cada vez más a la desarticulada y pobre oposición política.
El psiquiatra francés Pinel, nos resume admirablemente a nuestro personaje en los siguientes términos: "Su manía puede ser el fruto de todo lo que las pasiones tienen de más vehemente y más arrebatado, de todo lo que el entusiasmo puede engendrar de más exaltado y de más fogoso, de todo lo que el fanatismo y el amor a lo maravilloso puede sugerir de romántico o de quimérico. Es tan pronto un delirio alegre y jovial, que se exhala en salidas vivaces e incoherentes en propósitos plenos de petulancia y desatino, como en la ampulosidad de un orgullo gigantesco, y que solo se nutre con el aparato pomposo de las dignidades y de las grandezas"…Por eso es factible esperar su glorioso, heroico y radiante retorno.
Este trabajo fue elaborado el 24 de junio de 2001.
Luego revisado y actualizado el 20 de junio de 2011
ante las enfermedades, reales, supuestas ó inventadas.