Dos veces fue amenazada la semana pasada la
oposición. La primera amenaza vino de Diosdado, quien al instalar la Asamblea
hizo saber que si se objetaba el procedimiento para la “no toma de posesión” se
le haría sentir la fiereza del pueblo. Quiso indicar que frente a cualquier
manifestación se desatarían las huestes armadas a las que tantas veces el
ausente aludió y armó.
Unos días después Maduro en el acto de “no toma de
posesión” formuló idéntica amenaza y su canto estuvo acompañado por el coro de
chulos, donde hubo una ausencia notoria quizá porque ya no es tan chula y una
presencia especialmente singular, la de Ortega, porque en su caso la condición
de chulo es la única que puede exhibir como cualidad dado sus otros muchos
atributos. Coparon la escena unos cubanos que sin ser jefes de estado, jefearon
en el acto de “no toma de posesión” cuya autora intelectual, aunque pudiera
llamarse plagiaria de Maduro, no estuvo presente.
La tercera se materializó apenas ayer en el acto
de “no presentación del mensaje” y el anuncio de que Chávez había nombrado
canciller a Jaua, seguramente por comunicación telepática. Lo más patético de
la triple amenaza es que se formula sin que haya ocurrido algo. La oposición es
señalada como gestora de planes de desestabilización, saboteo eléctrico,
acaparamiento. El mensaje electoral: “no importa que no haya luz, agua, azúcar,
harina, leche lo que importa es que estamos haciendo patria”, está enterrado y
pasada la euforia de hacer patria. El temor al reclamo popular impulsa la
amenaza. Aunque se diga a la oposición, es una amenaza al pueblo, al que
proteste, así llegue cantando “Chávez corazón de la patria”, porque Diosdado no
es corazón, si acaso será pelo o cabello y Maduro, quizá en el Zulia, plátano. Deben
tener mucho miedo Maduro y Diosdado para tanta amenaza y tan seguida.
Pero allí están los cubanos para organizar la
seguridad, su seguridad económica, porque allá en Cuba el socialismo como
proyecto económico para acabar con el capitalismo que es la obra del imperio,
ha entrado en revisión con la senectud de los Castro, pero la estructura de poder
opresora del pueblo cubano se mantiene; y el gobierno que hipotecó su seguridad
a los anillos de protección de los cubanos es ahora su prisionero. Abajo
cadenas. Viva Venezuela libre de cubanos.
Caracas, 16 de enero de 2013
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