El país está sacudido por un conjunto de leyes impuestas desde la asamblea de Chávez para burlar la voluntad nacional expresada el 2 de diciembre de 2007 que el gobierno se vio obligado militarmente a aceptar, y que rechazó el régimen comunista para los venezolanos. Entre estas leyes se nos pretende imponer en septiembre la recién aprobada Ley Orgánica de Educación que cercena derechos humanos reconocidos universalmente, por los cuales luchó la Nación cuando se convirtió en República independiente, bajo la guía de Francisco de Miranda y quienes lo siguieron en esa gesta, hasta el nacimiento de Venezuela, bajo la autoridad de José Antonio Páez. Son derechos venezolanos y de los venezolanos. Son la expresión de nuestra Libertad.
Frente a esta nueva agresión se intentan varias salidas y formas de lucha, y nosotros creemos que debemos plantear al País la que consideramos más efectiva, si bien no es la más fácil. La idea no surgió de nuestras filas sino de un intelectual demócrata cristiano que desde la Provincia le habla a Venezuela toda. Se trata de acompañar a la protesta permanente y sin descanso para que se abrogue esa ley cubana, con la acción de toda la familia educativa. Proponemos que toda la comunidad educativa: padres y representantes, maestros y estudiantes, egresados y personal administrativo, no permitamos el inicio del próximo año escolar hasta tanto se reconozca nuestro derecho como seres libres. Que se supriman las leyes que pretenden esclavizarnos y someternos a un sistema comunista. Sabemos que la idea implica un gran sacrificio para nuestros estudiantes e hijos de padres que trabajan, y los prefieren al resguardo de las escuelas durante la jornada diaria pero también entendemos que es imprescindible vivir en Libertad. A generaciones anteriores se le plantearon retos similares y supieron superarlos con éxito y gallardía. Nosotros no somos menos. La última dictadura que padecimos cayó cuando, por burlar la voluntad nacional con un plebiscito fraudulento, los estudiantes se rebelaron en las universidades.
Vaya pues esta idea, cónsona con la consigna de “cada aula una trinchera”, a todos los partidos democráticos, las organizaciones de la sociedad, las Iglesias y especialmente a nuestras Fuerzas Armadas Nacionales, también escuela de ciudadanía y Libertad. Implementarla sólo requiere de la decisión personal convertida en conducta colectiva. ¡Podemos derrotar al tirano y lo haremos!
Caracas, 26 de agosto de 2009
Por la Coordinación Nacional: Alberto Silva G., Ángel B. Viso, Enrique Aristegieta G., Margarita Palacios, Álvaro Páez Pumar, Eduardo Roche L., Hans Adams, Humberto Maio N., Rafael León M., Julio Dávila C., Alfredo Weil R., Oswaldo Páez Pumar, Mazzini Maio N., Alejandro Páez Pumar y Luis Betancourt Oteyza.
24/8/09
LA LEY DE EDUCACIÓN VS LA LIBERTAD DEL SUEÑO
Antonio Rodríguez Yturbe
En uno de sus poemas del Canto a los hijos, decía Andrés Eloy Blanco: “Viviendo están los años más sucios de la historia/ pero si sobrevives/ será tu tiempo el tiempo de la verdad triunfante, de la justicia erguida/donde la voz alcance la libertad del sueño.”
Hoy ante los ojos del pueblo de Venezuela, se nos quiere arrebatar la libertad del sueño. Si nos pusieran presos –como no pocos injustamente lo están-, si nos quitaran la propiedad –la cual forma parte de nuestros derechos mas inalienables-, si nos conculcaran –como intentan hacerlo- nuestro derecho a protestar por lo que creemos justo, a levantar nuestra voz para evitar que se continúe vulnerando y pisoteando la democracia, a exigir el cumplimiento real de las leyes y no la pantomima de una justicia tarifada, que se degrada y rinde servil ante un gobierno de carujos que les otorga como premio las migajas de su corrupción, todavía –sin embargo- tendríamos la libertad del sueño.
Tal vez todo el gobierno aún no se de cuenta, pero Hugo Rafael Chávez Frías lo sabe. El Yo el Supremo, que tan bien describió en su momento Augusto Roa Bastos, en aquella punzante y dolorosa referencia al arquetipo del Dictador latinoamericano, le cuesta mucho trabajo conciliar el sueño, le angustia sobremanera el solo pensamiento de que todas las privaciones, amenazas, cárceles, amedrentamientos, provocaciones y ofensas a lo más hondo y noble del pueblo de Venezuela, se estrellen contra la libertad del sueño. Su ligera lectura de algún trasnochado seguidor del Marx del siglo XIX, o de la experiencia de Mussolini, Hitler, Stalin, Milosevic, Hussein, Mugabe -a quien obsequió espléndida réplica de la espada del libertador-, o más recientemente Omar Bashir, lo tranquilizan menos. Sus arengas populistas, llenas de odio y confrontación, buscando confrontar fratricidamente a los hijos de Venezuela, no parece estar rindiendo los frutos deseados. La libertad del sueño persiste, cada vez con más fuerza.
Entonces, ¿qué otros medios emplear, cavila Yo El Supremo?, ¿qué fórmula podría con el tiempo proporcionar los resultados esperados? Una nueva Ley de Educación. Aprobada por la mayoría ( con voces disidentes y firmes) de una Asamblea de borregos, cuyo mayor mérito radica en elevar el nivel –si eso es posible- de la coprolalia, con la esperanza de ser reconocidos y se les otorgue una sonrisa condescendiente.
Y es que en el fondo, la razón primaria, esencial de la nueva Ley de Educación, como está concebida en su articulado, ampliamente discutido con suma preocupación, por los maestros, educadores, padres de familia, estudiantes, y por la inmensa mayoría de este noble pueblo que, para citar de nuevo a Andrés Eloy: “amamos a Bolívar como a la vida misma/ y al pueblo de Bolívar más que a la vida entera”, es simple y llanamente, prohibirnos la libertad del sueño.
Si ello ocurriera, si nosotros lo aceptáramos, Venezuela terminaría convirtiéndose en una muy mala copia de El Mundo Feliz de Aldous Huxley, (sin los adelantos tecnológicos planteados en la obra), en el cual el salvaje, es decir, el símbolo de todos aquellos que se rebelan por su derecho a pensar por si mismos, seríamos perseguidos como “lacras sociales”, por no encajar en la concepción del “hombre nuevo”, sin pensamiento, sin voz, sin derecho a discernir por nosotros mismos, dentro de esta patraña incongruente, primitiva y falaz del socialismo del siglo XXI, en el que la miseria, y la negación del hombre libre y de su libertad de soñar, constituye su más ansiado objetivo.
¿VAMOS A PERMITIRLO?
En uno de sus poemas del Canto a los hijos, decía Andrés Eloy Blanco: “Viviendo están los años más sucios de la historia/ pero si sobrevives/ será tu tiempo el tiempo de la verdad triunfante, de la justicia erguida/donde la voz alcance la libertad del sueño.”
Hoy ante los ojos del pueblo de Venezuela, se nos quiere arrebatar la libertad del sueño. Si nos pusieran presos –como no pocos injustamente lo están-, si nos quitaran la propiedad –la cual forma parte de nuestros derechos mas inalienables-, si nos conculcaran –como intentan hacerlo- nuestro derecho a protestar por lo que creemos justo, a levantar nuestra voz para evitar que se continúe vulnerando y pisoteando la democracia, a exigir el cumplimiento real de las leyes y no la pantomima de una justicia tarifada, que se degrada y rinde servil ante un gobierno de carujos que les otorga como premio las migajas de su corrupción, todavía –sin embargo- tendríamos la libertad del sueño.
Tal vez todo el gobierno aún no se de cuenta, pero Hugo Rafael Chávez Frías lo sabe. El Yo el Supremo, que tan bien describió en su momento Augusto Roa Bastos, en aquella punzante y dolorosa referencia al arquetipo del Dictador latinoamericano, le cuesta mucho trabajo conciliar el sueño, le angustia sobremanera el solo pensamiento de que todas las privaciones, amenazas, cárceles, amedrentamientos, provocaciones y ofensas a lo más hondo y noble del pueblo de Venezuela, se estrellen contra la libertad del sueño. Su ligera lectura de algún trasnochado seguidor del Marx del siglo XIX, o de la experiencia de Mussolini, Hitler, Stalin, Milosevic, Hussein, Mugabe -a quien obsequió espléndida réplica de la espada del libertador-, o más recientemente Omar Bashir, lo tranquilizan menos. Sus arengas populistas, llenas de odio y confrontación, buscando confrontar fratricidamente a los hijos de Venezuela, no parece estar rindiendo los frutos deseados. La libertad del sueño persiste, cada vez con más fuerza.
Entonces, ¿qué otros medios emplear, cavila Yo El Supremo?, ¿qué fórmula podría con el tiempo proporcionar los resultados esperados? Una nueva Ley de Educación. Aprobada por la mayoría ( con voces disidentes y firmes) de una Asamblea de borregos, cuyo mayor mérito radica en elevar el nivel –si eso es posible- de la coprolalia, con la esperanza de ser reconocidos y se les otorgue una sonrisa condescendiente.
Y es que en el fondo, la razón primaria, esencial de la nueva Ley de Educación, como está concebida en su articulado, ampliamente discutido con suma preocupación, por los maestros, educadores, padres de familia, estudiantes, y por la inmensa mayoría de este noble pueblo que, para citar de nuevo a Andrés Eloy: “amamos a Bolívar como a la vida misma/ y al pueblo de Bolívar más que a la vida entera”, es simple y llanamente, prohibirnos la libertad del sueño.
Si ello ocurriera, si nosotros lo aceptáramos, Venezuela terminaría convirtiéndose en una muy mala copia de El Mundo Feliz de Aldous Huxley, (sin los adelantos tecnológicos planteados en la obra), en el cual el salvaje, es decir, el símbolo de todos aquellos que se rebelan por su derecho a pensar por si mismos, seríamos perseguidos como “lacras sociales”, por no encajar en la concepción del “hombre nuevo”, sin pensamiento, sin voz, sin derecho a discernir por nosotros mismos, dentro de esta patraña incongruente, primitiva y falaz del socialismo del siglo XXI, en el que la miseria, y la negación del hombre libre y de su libertad de soñar, constituye su más ansiado objetivo.
¿VAMOS A PERMITIRLO?
23/8/09
Posición frente a los sucesos en Honduras
El Foro Demócrata Cristiano de Venezuela
Ante los sucesos que ocurren en la hermana República de Honduras, queremos manifestar nuestro reconocimiento a las Instituciones Democráticas hondureñas que, encabezadas por su Congreso Nacional y su Tribunal Supremo de Justicia, han hecho frente a un nuevo atentado contra el estado de derecho y los postulados de la Carta Democrática de la OEA, atacados por la iniciativa golpista del Presidente Manuel Zelaya, por instrucciones del venezolano Hugo Chávez en su afán de controlar a todos los pueblos de Continente, sin respeto a sus soberanías nacionales.
Al igual que en la vieja Europa de las primeras décadas del Siglo XX, se pretende acabar la democracia y el estado de derecho con maniobras electoreras, amparadas por una opinión internacional dominada por el miedo y una falsa esperanza de paz, que luego quedó frustrada con el sacrificio de 50 millones de seres humanos, la destrucción del Continente y otras zonas del mundo.
Queremos acusar a Hugo Chávez como instigador del golpe intentado por Zelaya en Honduras, para convertir a ese heroico pueblo en otra de sus posesiones coloniales, sumada como trofeo petrolero, a la triste lista que ya conforman Bolivia, Ecuador, Nicaragua y algunas excolonias europeas en el Caribe.
Felicitamos y respaldamos al soberano Congreso Nacional de la República de Honduras, a su honorable Tribunal Supremo de Justicia y a sus autoridades electorales independientes que rechazaron la maniobra de una espuria e ilegal encuesta tendiente a incitar el cambio de la constitución, que permitiera violar el principio de la alternabilidad y entronizar en el Poder a un nuevo títere del chavismo castrista continental.
Especial reconocimiento nos merece la firme y digna actuación de las Fuerzas Armadas hondureñas que, siguiendo el mandato de las autoridades civiles, legítimas representantes de su pueblo, han dado una envidiable demostración de respeto a su uniforme, su juramento de defensa a sus instituciones y sus fronteras, y honor a su bandera.
Caracas, 28 de junio de 2009
Luis Betancourt Oteyza
Coordinador Nacional
Ante los sucesos que ocurren en la hermana República de Honduras, queremos manifestar nuestro reconocimiento a las Instituciones Democráticas hondureñas que, encabezadas por su Congreso Nacional y su Tribunal Supremo de Justicia, han hecho frente a un nuevo atentado contra el estado de derecho y los postulados de la Carta Democrática de la OEA, atacados por la iniciativa golpista del Presidente Manuel Zelaya, por instrucciones del venezolano Hugo Chávez en su afán de controlar a todos los pueblos de Continente, sin respeto a sus soberanías nacionales.
Al igual que en la vieja Europa de las primeras décadas del Siglo XX, se pretende acabar la democracia y el estado de derecho con maniobras electoreras, amparadas por una opinión internacional dominada por el miedo y una falsa esperanza de paz, que luego quedó frustrada con el sacrificio de 50 millones de seres humanos, la destrucción del Continente y otras zonas del mundo.
Queremos acusar a Hugo Chávez como instigador del golpe intentado por Zelaya en Honduras, para convertir a ese heroico pueblo en otra de sus posesiones coloniales, sumada como trofeo petrolero, a la triste lista que ya conforman Bolivia, Ecuador, Nicaragua y algunas excolonias europeas en el Caribe.
Felicitamos y respaldamos al soberano Congreso Nacional de la República de Honduras, a su honorable Tribunal Supremo de Justicia y a sus autoridades electorales independientes que rechazaron la maniobra de una espuria e ilegal encuesta tendiente a incitar el cambio de la constitución, que permitiera violar el principio de la alternabilidad y entronizar en el Poder a un nuevo títere del chavismo castrista continental.
Especial reconocimiento nos merece la firme y digna actuación de las Fuerzas Armadas hondureñas que, siguiendo el mandato de las autoridades civiles, legítimas representantes de su pueblo, han dado una envidiable demostración de respeto a su uniforme, su juramento de defensa a sus instituciones y sus fronteras, y honor a su bandera.
Caracas, 28 de junio de 2009
Luis Betancourt Oteyza
Coordinador Nacional
21/8/09
“La Realidad Sobre el Actual Proceso Político Venezolano”
Hoy Venezuela se encuentra en la peor situación que haya vivido en todos los órdenes, a lo largo de su historia republicana. En diferentes oportunidades: (referéndum revocatorio del 15 de Agosto de 2004, elecciones para diputados a la Asamblea Nacional el 04 de Diciembre de 2005, elección presidencial del 03 de Diciembre de 2006; referendum constitucional Dic 2007; alcaldes y gobernadores Dic 2008), el Consejo Nacional Electoral, integrado ilegalmente con predominio absoluto de los seguidores de la dictadura sui generis en que se ha convertido el régimen de oprobio que gobierna a Venezuela, frustró la voluntad popular, comenzando, entre numerosos ventajismos y fraudes, con la perversión del Registro Electoral mediante las migraciones y la ejecución de procesos, llamados “operativos” de otorgamiento de cédulas de identidad muy alejados de corresponder a la realidad poblacional venezolana. Y con esa frustración ha engañado y burlado también a la comunidad internacional, para asegurarse en la imposición de su gobierno totalitario marxista.
Estamos convencidos de que nos enfrentamos a un régimen dictatorial de nuevo cuño, que pretende ampararse cínicamente en un manto de legalidad y ello nos obliga a mantener una evaluación y análisis permanente sobre la evolución del proceso político de nuestro país y a la vez formular un llamado, urgente e inaplazable, a todos los sectores de nuestra sociedad así como a la comunidad internacional, para que rescatemos el honor, la soberanía y la libertad de nuestra patria.
Los hechos que fundamentan lo que aseveramos, que han conducido a la deslegitimación creciente, ya definitiva, de este régimen, pueden sintetizarse de la siguiente manera:
a.- Gravísima situación socioeconómica, caracterizada por desempleo; hambre, quiebra y destrucción del aparato productivo nacional, especialmente Pdvsa y empresas básicas de Guayana; galopante aumento de la pobreza e inseguridad. Los últimos resultados de las encuestas (no oficiales) señalan que el 81 % de los venezolanos son pobres. Se pretende crear una situación de absoluta dependencia del aparato del Estado, para todos los estratos sociales y económicos. Desbordamiento de la violencia y la criminalidad, sobrepasando a los organismos encargados de mantener el orden y la protección de personas y bienes, llegando incluso a verse, cada vez con más frecuencia, agentes de esos cuerpos oficiales incursos en la comisión de los delitos que ellos están llamados a impedir o reprimir.
b.- Violación sistemática de los derechos y de los bienes humanos esenciales, incluyendo la vida, el patrimonio, la integridad física, la honra y la paz familiar.
c.- Amenazas y atentados de toda índole contra los medios de comunicación y por ende contra las libertades de expresión e información, tratando de imponer desvergonzadamente el imperio de la mentira. Esta situación se ha agravado con la aprobación de la llamada Ley Mordaza, suspensión de concesiones a televisoras y emisoras de radio y la reforma del Código Penal, que criminaliza todo intento o manifestación de disidencia con el régimen o sus personeros y penaliza con varios años de cárcel, según el caso y a juicio de los jueces y fiscales, todos incondicionales del régimen.
d.- Politización y sistemática destrucción de la Fuerza Armada Nacional. En este sentido, uno de las medidas más graves de lo ocurrido es el anuncio hecho por Chávez Frías y ratificado por el Secretario del Consejo de Defensa de la Nación, sobre la creación de una gran milicia de reserva que para mediados del año 2006 (julio-agosto) se aspiraba que llegara a los dos millones de reservistas, fuerza que dependerá directamente del presidente de la república y fuera de la línea de mando militar, violando todas las disposiciones legales vigentes. Además se va a eliminar la Casa Militar y se va a crear un cuerpo especial dependiente también directamente del presidente. Esto representa el fin o la muerte institucional de la Fuerza Armada, ya que una fuerza de dos millones de hombres, que armarán paulatinamente, triplicaría por lo menos, a la fuerza militar profesional e institucional. A esto se agrega la compra de equipos bélicos a Rusia y otros países, consistente en un número indeterminado de fusiles AK-47, que coincidencialmente es el mismo fusil utilizado por los movimientos terroristas no solo de Latinoamérica sino del mundo; además se adquirieron, sistemas misilísticos, distintos tipos de helicópteros y aviones de combate Sukhoi por citar algunos de ellos, saliéndose de esta manera de los patrones que históricamente había mantenido Venezuela en su equipamiento militar de Europa y Estados Unidos.
e.- Práctica del terrorismo de estado a nivel nacional, e indudables vínculos con el terrorismo nacional e internacional, además de un abierto apoyo a la narcoguerrilla y a los movimientos desestabilizadores existentes en diversos países del continente. Este propósito de exportar la revolución a todo el continente queda claramente definido en lo que Chávez ha llamado Plan Espada de Bolívar, mediante el cual mantiene una ayuda ideológica, política y logística (suministro de armamento y diversos recursos) a todos los sectores y movimientos radicales de la izquierda latinoamericana. Por citar algunos casos, basta con señalar la relación permanente con el boliviano cocalero Evo Morales; el nicaragüense sandinista Daniel Ortega; el salvadoreño Shafik Handal ya fallecido (a quien financió en su campaña electoral); así como con los actuales presidente y vicepresidente de El Salvador; las intervenciones en las elecciones mexicanas; los innegables vínculos con las FARC colombiana evidenciada con la detención en Caracas de su canciller Rodrigo Granda y la protección y permanencia de líderes guerrilleros en el país, evidenciada además, por el contenido de la computadora incautada al jefe guerrillero Raúl Reyes, así como por la incautación de poderosas armas (lanza cohetes AT4)fabricados por la empresa sueca Saab Bofors Dynamics y vendidos originalmente al ejército venezolano; el apoyo al presidente de Ecuador; y recientemente su escandalosa injerencia en Honduras a través del depuesto Manuel zelaya
f.- Destrucción definitiva de la empresa estatal, Petróleos de Venezuela PDVSA, así como de sus equipos técnicos y gerenciales, sustituyéndolos por incondicionales del proceso revolucionario. PDVSA ha pasado a ser una caja
chica del régimen y el petróleo un instrumento de geopolítica y presión para perseguir fines revolucionarios.
g.- Traición a la patria, subordinando, incluso lo que debe ser Políticas de Estado a los intereses cubanos y de los guerrilleros colombianos (ejem: cedulaciones y nacionalizaciones masivas, incluso de guerrilleros de las FARC, caso Granda y otros). Cabe destacar además, las recientes declaraciones tanto del canciller como de la vice canciller de Israel, referentes al otorgamiento de documentos de identidad venezolanos falsos a fundamentalistas islámicos, así como la ubicación de células terroristas islámicas en zonas sensibles de la geografía nacional.
h.- Corrupción generalizada y una escandalosa compra de conciencias.
i.- Eliminación de la autonomía e independencia de los poderes públicos. (Tribunal Supremo de Justicia, Consejo Nacional Electoral, Fiscalía, Contraloría, Jueces y fiscales tanto en la jurisdicción civil como militar, etc.).
j.- Creación y mantenimiento de milicias paramilitares y de círculos armados del terror.
k.- Tanto la Constitución como el resto de las leyes se aplican o se dejan de aplicar según convenga al régimen. Esto quiere decir que no existe estado de derecho. Últimamente, a esta situación se suma la acelerada y compulsiva promulgación de leyes orgánicas tales como: Educación, Tierras Urbanas, Procesos electorales, Descentralización, Puertos y Aeronáutica Civil, etc.
l.- Aprobación de la nueva Ley de Educación, mediante la cual se elimina, entre algunos de los numerosos aspectos fundamentales, la autonomía universitaria. Asimismo, con el nuevo modelo educativo se pretende imponer el modelo cubano con supervisores improvisados, impuestos e incondicionales. Tiene especial relevancia, la amenaza del régimen de impedir o no garantizar la educación católica de nuestros hijos, así como el desarrollo de una sistemática falsificación y adulteración de la historia. Con ello se quiere crear una nueva red o tejido social y un modelo de venezolano con una ideología y valores acordes con la revolución marxista, destruyendo de esa manera todos los valores tradicionales de la educación en Venezuela.
Ante lo anteriormente descrito, todo ello susceptible de ser comprobado y corroborado, ya nadie puede tener dudas. Ya no cabe hablar con eufemismos. Es evidente, ante estas múltiples acciones y amenazas, no sólo el derecho, sino con él la obligación de todos los venezolanos y en especial de los cristianos y demócratas del continente, de participar activa y democráticamente para corregir y reorientar el rumbo y el destino del país. Todo ello dentro de acciones eminentemente constitucionales y, por lo tanto, ajustadas a derecho, de acuerdo con lo contemplado en varias normas constitucionales venezolanas, hoy vigentes, (artcs. 326, 328, 333 y 350) y en el espíritu de una doctrina unánime.
Por otra parte, la referida intervención y participación que planteamos, sólo tendría por objeto restablecer la vigencia de la Constitución y de las instituciones, rescatar el honor, la dignidad y la soberanía de nuestro pueblo, así como de las naciones afectadas del continente, y la plena vigencia del
Estado de Derecho, requisito indispensable para la existencia de un sistema democrático y de un régimen de libertades públicas.
Ante la grave situación planteada pensamos que La Iglesia Católica venezolana, como institución fundamental de la vida nacional, siguiendo las posiciones y actitudes ejemplarizantes asumidas en otras circunstancias de
nuestra historia, debe elevar su voz y constituirse en guía coherente y permanente, para que se haga efectivo el respeto a los valores fundamentales y profundizar su contribución en la corrección del rumbo perverso del actual proceso político que se desarrolla en el país.
Para los cristianos, como se ha dicho, constituye un reto categórico participar activamente en la conducción política de los pueblos, como lo expresa el llamado formulado por SS el Papa Benedicto XVI a propósito de la visita Ad Limina Apostolorum el pasado año (2008), de los obispos polacos, inspirado en el documento conciliar Gaudium et Spes para que la Iglesia ayude a los políticos, particularmente los de tendencia cristiana, para que “actúen con integridad y sabiduría contra la injusticia y la opresión, el dominio arbitrario y la intolerancia de un solo hombre y de un solo partido político”. Tanto en los documentos conciliares, como en las encíclicas papales (Pacem in Terris y Divini Redemptoris principalmente), encontramos claras e indubitables normas que deben regir y guiar la acción de los pastores de la Iglesia, al igual que una condena abierta y concreta a los regímenes totalitarios, que como el castro-comunismo, tienen una concepción materialista de la vida y de la historia y pretenden imponer, en forma arbitraria y violenta, una constitución donde el hombre carece de libertad y de derechos personales frente a la colectividad, convirtiendo a la sociedad en una forma de esclavitud cuyo engranaje depende exclusivamente del estado, lo cual es radicalmente contrario a la civilización judeo-cristiana. En la mencionada encíclica no sólo se señala la maldad intrínseca de esos regímenes, sino que se considera ilícita e inmoral toda colaboración con esos sistemas políticos.
En Venezuela se pretende establecer la autoridad basada sólo en la fuerza, la intimidación y el atropello a la dignidad de la persona humana y a los derechos fundamentales consagrados por la ley natural y por nuestra misma Constitución Nacional. Por último, se señala también en la encíclica Pacem in Terris, que “la convivencia entre los hombres no puede ser ordenada y fecunda si no la preside una legítima autoridad que salvaguarde la ley y contribuya a la actuación del bien común en grado suficiente”.
En definitiva, ese modelo que ahora se nos pretende imponer, contrasta radicalmente con nuestra venezolanidad, independencia y vocación de libertad y con nuestros principios y valores cristianos.
Estamos convencidos de que nos enfrentamos a un régimen dictatorial de nuevo cuño, que pretende ampararse cínicamente en un manto de legalidad y ello nos obliga a mantener una evaluación y análisis permanente sobre la evolución del proceso político de nuestro país y a la vez formular un llamado, urgente e inaplazable, a todos los sectores de nuestra sociedad así como a la comunidad internacional, para que rescatemos el honor, la soberanía y la libertad de nuestra patria.
Los hechos que fundamentan lo que aseveramos, que han conducido a la deslegitimación creciente, ya definitiva, de este régimen, pueden sintetizarse de la siguiente manera:
a.- Gravísima situación socioeconómica, caracterizada por desempleo; hambre, quiebra y destrucción del aparato productivo nacional, especialmente Pdvsa y empresas básicas de Guayana; galopante aumento de la pobreza e inseguridad. Los últimos resultados de las encuestas (no oficiales) señalan que el 81 % de los venezolanos son pobres. Se pretende crear una situación de absoluta dependencia del aparato del Estado, para todos los estratos sociales y económicos. Desbordamiento de la violencia y la criminalidad, sobrepasando a los organismos encargados de mantener el orden y la protección de personas y bienes, llegando incluso a verse, cada vez con más frecuencia, agentes de esos cuerpos oficiales incursos en la comisión de los delitos que ellos están llamados a impedir o reprimir.
b.- Violación sistemática de los derechos y de los bienes humanos esenciales, incluyendo la vida, el patrimonio, la integridad física, la honra y la paz familiar.
c.- Amenazas y atentados de toda índole contra los medios de comunicación y por ende contra las libertades de expresión e información, tratando de imponer desvergonzadamente el imperio de la mentira. Esta situación se ha agravado con la aprobación de la llamada Ley Mordaza, suspensión de concesiones a televisoras y emisoras de radio y la reforma del Código Penal, que criminaliza todo intento o manifestación de disidencia con el régimen o sus personeros y penaliza con varios años de cárcel, según el caso y a juicio de los jueces y fiscales, todos incondicionales del régimen.
d.- Politización y sistemática destrucción de la Fuerza Armada Nacional. En este sentido, uno de las medidas más graves de lo ocurrido es el anuncio hecho por Chávez Frías y ratificado por el Secretario del Consejo de Defensa de la Nación, sobre la creación de una gran milicia de reserva que para mediados del año 2006 (julio-agosto) se aspiraba que llegara a los dos millones de reservistas, fuerza que dependerá directamente del presidente de la república y fuera de la línea de mando militar, violando todas las disposiciones legales vigentes. Además se va a eliminar la Casa Militar y se va a crear un cuerpo especial dependiente también directamente del presidente. Esto representa el fin o la muerte institucional de la Fuerza Armada, ya que una fuerza de dos millones de hombres, que armarán paulatinamente, triplicaría por lo menos, a la fuerza militar profesional e institucional. A esto se agrega la compra de equipos bélicos a Rusia y otros países, consistente en un número indeterminado de fusiles AK-47, que coincidencialmente es el mismo fusil utilizado por los movimientos terroristas no solo de Latinoamérica sino del mundo; además se adquirieron, sistemas misilísticos, distintos tipos de helicópteros y aviones de combate Sukhoi por citar algunos de ellos, saliéndose de esta manera de los patrones que históricamente había mantenido Venezuela en su equipamiento militar de Europa y Estados Unidos.
e.- Práctica del terrorismo de estado a nivel nacional, e indudables vínculos con el terrorismo nacional e internacional, además de un abierto apoyo a la narcoguerrilla y a los movimientos desestabilizadores existentes en diversos países del continente. Este propósito de exportar la revolución a todo el continente queda claramente definido en lo que Chávez ha llamado Plan Espada de Bolívar, mediante el cual mantiene una ayuda ideológica, política y logística (suministro de armamento y diversos recursos) a todos los sectores y movimientos radicales de la izquierda latinoamericana. Por citar algunos casos, basta con señalar la relación permanente con el boliviano cocalero Evo Morales; el nicaragüense sandinista Daniel Ortega; el salvadoreño Shafik Handal ya fallecido (a quien financió en su campaña electoral); así como con los actuales presidente y vicepresidente de El Salvador; las intervenciones en las elecciones mexicanas; los innegables vínculos con las FARC colombiana evidenciada con la detención en Caracas de su canciller Rodrigo Granda y la protección y permanencia de líderes guerrilleros en el país, evidenciada además, por el contenido de la computadora incautada al jefe guerrillero Raúl Reyes, así como por la incautación de poderosas armas (lanza cohetes AT4)fabricados por la empresa sueca Saab Bofors Dynamics y vendidos originalmente al ejército venezolano; el apoyo al presidente de Ecuador; y recientemente su escandalosa injerencia en Honduras a través del depuesto Manuel zelaya
f.- Destrucción definitiva de la empresa estatal, Petróleos de Venezuela PDVSA, así como de sus equipos técnicos y gerenciales, sustituyéndolos por incondicionales del proceso revolucionario. PDVSA ha pasado a ser una caja
chica del régimen y el petróleo un instrumento de geopolítica y presión para perseguir fines revolucionarios.
g.- Traición a la patria, subordinando, incluso lo que debe ser Políticas de Estado a los intereses cubanos y de los guerrilleros colombianos (ejem: cedulaciones y nacionalizaciones masivas, incluso de guerrilleros de las FARC, caso Granda y otros). Cabe destacar además, las recientes declaraciones tanto del canciller como de la vice canciller de Israel, referentes al otorgamiento de documentos de identidad venezolanos falsos a fundamentalistas islámicos, así como la ubicación de células terroristas islámicas en zonas sensibles de la geografía nacional.
h.- Corrupción generalizada y una escandalosa compra de conciencias.
i.- Eliminación de la autonomía e independencia de los poderes públicos. (Tribunal Supremo de Justicia, Consejo Nacional Electoral, Fiscalía, Contraloría, Jueces y fiscales tanto en la jurisdicción civil como militar, etc.).
j.- Creación y mantenimiento de milicias paramilitares y de círculos armados del terror.
k.- Tanto la Constitución como el resto de las leyes se aplican o se dejan de aplicar según convenga al régimen. Esto quiere decir que no existe estado de derecho. Últimamente, a esta situación se suma la acelerada y compulsiva promulgación de leyes orgánicas tales como: Educación, Tierras Urbanas, Procesos electorales, Descentralización, Puertos y Aeronáutica Civil, etc.
l.- Aprobación de la nueva Ley de Educación, mediante la cual se elimina, entre algunos de los numerosos aspectos fundamentales, la autonomía universitaria. Asimismo, con el nuevo modelo educativo se pretende imponer el modelo cubano con supervisores improvisados, impuestos e incondicionales. Tiene especial relevancia, la amenaza del régimen de impedir o no garantizar la educación católica de nuestros hijos, así como el desarrollo de una sistemática falsificación y adulteración de la historia. Con ello se quiere crear una nueva red o tejido social y un modelo de venezolano con una ideología y valores acordes con la revolución marxista, destruyendo de esa manera todos los valores tradicionales de la educación en Venezuela.
Ante lo anteriormente descrito, todo ello susceptible de ser comprobado y corroborado, ya nadie puede tener dudas. Ya no cabe hablar con eufemismos. Es evidente, ante estas múltiples acciones y amenazas, no sólo el derecho, sino con él la obligación de todos los venezolanos y en especial de los cristianos y demócratas del continente, de participar activa y democráticamente para corregir y reorientar el rumbo y el destino del país. Todo ello dentro de acciones eminentemente constitucionales y, por lo tanto, ajustadas a derecho, de acuerdo con lo contemplado en varias normas constitucionales venezolanas, hoy vigentes, (artcs. 326, 328, 333 y 350) y en el espíritu de una doctrina unánime.
Por otra parte, la referida intervención y participación que planteamos, sólo tendría por objeto restablecer la vigencia de la Constitución y de las instituciones, rescatar el honor, la dignidad y la soberanía de nuestro pueblo, así como de las naciones afectadas del continente, y la plena vigencia del
Estado de Derecho, requisito indispensable para la existencia de un sistema democrático y de un régimen de libertades públicas.
Ante la grave situación planteada pensamos que La Iglesia Católica venezolana, como institución fundamental de la vida nacional, siguiendo las posiciones y actitudes ejemplarizantes asumidas en otras circunstancias de
nuestra historia, debe elevar su voz y constituirse en guía coherente y permanente, para que se haga efectivo el respeto a los valores fundamentales y profundizar su contribución en la corrección del rumbo perverso del actual proceso político que se desarrolla en el país.
Para los cristianos, como se ha dicho, constituye un reto categórico participar activamente en la conducción política de los pueblos, como lo expresa el llamado formulado por SS el Papa Benedicto XVI a propósito de la visita Ad Limina Apostolorum el pasado año (2008), de los obispos polacos, inspirado en el documento conciliar Gaudium et Spes para que la Iglesia ayude a los políticos, particularmente los de tendencia cristiana, para que “actúen con integridad y sabiduría contra la injusticia y la opresión, el dominio arbitrario y la intolerancia de un solo hombre y de un solo partido político”. Tanto en los documentos conciliares, como en las encíclicas papales (Pacem in Terris y Divini Redemptoris principalmente), encontramos claras e indubitables normas que deben regir y guiar la acción de los pastores de la Iglesia, al igual que una condena abierta y concreta a los regímenes totalitarios, que como el castro-comunismo, tienen una concepción materialista de la vida y de la historia y pretenden imponer, en forma arbitraria y violenta, una constitución donde el hombre carece de libertad y de derechos personales frente a la colectividad, convirtiendo a la sociedad en una forma de esclavitud cuyo engranaje depende exclusivamente del estado, lo cual es radicalmente contrario a la civilización judeo-cristiana. En la mencionada encíclica no sólo se señala la maldad intrínseca de esos regímenes, sino que se considera ilícita e inmoral toda colaboración con esos sistemas políticos.
En Venezuela se pretende establecer la autoridad basada sólo en la fuerza, la intimidación y el atropello a la dignidad de la persona humana y a los derechos fundamentales consagrados por la ley natural y por nuestra misma Constitución Nacional. Por último, se señala también en la encíclica Pacem in Terris, que “la convivencia entre los hombres no puede ser ordenada y fecunda si no la preside una legítima autoridad que salvaguarde la ley y contribuya a la actuación del bien común en grado suficiente”.
En definitiva, ese modelo que ahora se nos pretende imponer, contrasta radicalmente con nuestra venezolanidad, independencia y vocación de libertad y con nuestros principios y valores cristianos.
OTROS ASPECTOS ESENCIALES DE ACUERDO A DISPOSICIONES DE HUGO CHAVEZ FRIAS
QUE ATENTAN DEFINITIVAMENTE CONTRA LA INSTITUCIONALIDAD, INTEGRIDAD E IMPARCIALIDAD DE LAS FUERZAS ARMADAS.
La exigencia por parte del Hugo Chávez Frías, a los cadetes y estudiantes de las distintas academias militares y otras instituciones educativas, de obligarles a asistir a actos de carácter político y mítines; así como a los comandos de todos los niveles de repetir desde el alma y levantar la bandera con la consigna “patria, socialismo o muerte”, sin ambigüedades de ningún tipo y sin complejos, e incluso llegar a exigirles que de no sentirse cómodos por esto que soliciten la baja, constituye una violación clara y expresa a lo establecido en el artículo 328 del la Constitución hoy vigente, dado que la referida consigna “patria, socialismo o muerte”, es una consigna política de los partidos y organizaciones que apoyan a Chávez Frías.
Por otro lado, “pedirle a quién se sienta incómodo a solicitar la baja”, conlleva además un acto que menoscaba los derechos constitucionales garantizados en el Artículo 21, relativo a la igualdad ante la ley, el cual establece la no discriminación, así como el Artículo relativo al derecho de toda persona a la libertad de conciencia. Por demás, este planteamiento de Chávez Frías incurre en lo establecido en el Artículo 25 de la Constitución vigente, el cual establece que “Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la ley es nulo…
Abundando en razones, y señalando otros aspectos de importancia capital, el
haberle otorgado el derecho al voto y al revocatorio al estamento militar sólo ha servido, paradójicamente, para politizar y reprimir brutalmente a las Fuerzas Armadas Nacionales, a la par que para establecer una especie de Guardia Pretoriana, incondicionalmente atada al déspota presidente que se ha erigido, para nuestra desgracia, en el único Poder de la República. Esta situación se agrava más aún dada la ostensible penetración e influencia ad hoc de elementos pertenecientes a los servicios fidelistas de inteligencia que actúan como verdaderos comisarios políticos, con lo cual, de paso, se está cometiendo un abominable delito de traición a la Patria. Las Fuerzas Armadas sólo deben ser, en definitiva, las imparciales garantes de la soberanía popular y de la integridad nacional. Urge, pues, restituirlas a sus naturales y muy dignas funciones profesionales y apolíticas de siempre. Además se debe restituir y reformular el sistema de promociones y ascensos, los cuales deben ser otorgados apegados al estricto orden de méritos y capacidades exclusivamente profesionales; y a partir de cierto grado (coronel), deben ser otorgados por el Congreso de la República.
Por último, pero de la mayor importancia, se debe rehacer, reformular o concebir una verdadera “Doctrina Militar”, para un estado democrático, soberano, libre e independiente, no sólo en la concepción de la defensa nacional y la caracterización del estamento militar propio para un Estado con esas características; sino en la formulación y la planificación conjunta y amplia de la Seguridad y Defensa de la Nación para la modernidad, para los nuevos retos que va imponiendo la dinámica de los tiempos, para enfrentar el terrorismo y la narcoguerrilla, y para atender a la realidad de un mundo globalizado.
La exigencia por parte del Hugo Chávez Frías, a los cadetes y estudiantes de las distintas academias militares y otras instituciones educativas, de obligarles a asistir a actos de carácter político y mítines; así como a los comandos de todos los niveles de repetir desde el alma y levantar la bandera con la consigna “patria, socialismo o muerte”, sin ambigüedades de ningún tipo y sin complejos, e incluso llegar a exigirles que de no sentirse cómodos por esto que soliciten la baja, constituye una violación clara y expresa a lo establecido en el artículo 328 del la Constitución hoy vigente, dado que la referida consigna “patria, socialismo o muerte”, es una consigna política de los partidos y organizaciones que apoyan a Chávez Frías.
Por otro lado, “pedirle a quién se sienta incómodo a solicitar la baja”, conlleva además un acto que menoscaba los derechos constitucionales garantizados en el Artículo 21, relativo a la igualdad ante la ley, el cual establece la no discriminación, así como el Artículo relativo al derecho de toda persona a la libertad de conciencia. Por demás, este planteamiento de Chávez Frías incurre en lo establecido en el Artículo 25 de la Constitución vigente, el cual establece que “Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la ley es nulo…
Abundando en razones, y señalando otros aspectos de importancia capital, el
haberle otorgado el derecho al voto y al revocatorio al estamento militar sólo ha servido, paradójicamente, para politizar y reprimir brutalmente a las Fuerzas Armadas Nacionales, a la par que para establecer una especie de Guardia Pretoriana, incondicionalmente atada al déspota presidente que se ha erigido, para nuestra desgracia, en el único Poder de la República. Esta situación se agrava más aún dada la ostensible penetración e influencia ad hoc de elementos pertenecientes a los servicios fidelistas de inteligencia que actúan como verdaderos comisarios políticos, con lo cual, de paso, se está cometiendo un abominable delito de traición a la Patria. Las Fuerzas Armadas sólo deben ser, en definitiva, las imparciales garantes de la soberanía popular y de la integridad nacional. Urge, pues, restituirlas a sus naturales y muy dignas funciones profesionales y apolíticas de siempre. Además se debe restituir y reformular el sistema de promociones y ascensos, los cuales deben ser otorgados apegados al estricto orden de méritos y capacidades exclusivamente profesionales; y a partir de cierto grado (coronel), deben ser otorgados por el Congreso de la República.
Por último, pero de la mayor importancia, se debe rehacer, reformular o concebir una verdadera “Doctrina Militar”, para un estado democrático, soberano, libre e independiente, no sólo en la concepción de la defensa nacional y la caracterización del estamento militar propio para un Estado con esas características; sino en la formulación y la planificación conjunta y amplia de la Seguridad y Defensa de la Nación para la modernidad, para los nuevos retos que va imponiendo la dinámica de los tiempos, para enfrentar el terrorismo y la narcoguerrilla, y para atender a la realidad de un mundo globalizado.
A TODAS LAS INSTITUCIONES, ESPECIALMENTE A LAS GARANTES DEL HONOR, LA INTEGRIDAD Y SOBERANÍA DEL ESTADO.
La Actual Perspectiva Política de Venezuela.
Dentro de las perspectivas políticas generales para el año 2009 Y subsiguientes, y mas concretamente en lo que a la soberanía de la patria se refiere, a su seguridad y defensa e integridad como nación, el hecho más grave y trascendental, se refiere a la progresiva, y aparentemente indetenible dispersión y desintegración de la patria como estado soberano, libre e independiente.
Este hecho tiene su fundamento en diversos aspectos tanto en el orden interno como en el externo.
En el orden interno:
o Intención evidente, por parte del régimen, de desconocer la voluntad de la inmensa mayoría de venezolanos, fundamentada en la constitución y leyes vigentes, y expresada en diversos procesos electorales y referendo revocatorio. Para ello desde el inicio de este proceso, el régimen ha apelado a todo género de ventajismos, trucos, fraudes y hasta la promulgación de leyes inconstitucionales.
o Permanente clima de confrontación promovido por el gobierno, mediante la disolución y quiebra maniquea de los valores nacionales (históricos, culturales, educativos, sociales y religiosos)
o Grave crisis socio económica- cuya evidente expresión lo constituye la quiebra y asalto a PDVSA y al Banco Central de Venezuela- tipificada por el desempleo, la destrucción y quiebra del aparato productivo nacional, hambre y miseria, ineficacia administrativa y abandono de la infraestructura física del país, y un desbocado e impresionante aumento de la inseguridad, pobreza y niñez abandonada.
o Violación sistemática de los derechos y de los bienes humanos esenciales, incluyendo la vida, la integridad física, el patrimonio, la honra, la fe religiosa y la paz familiar.
o Amenazas y acciones de toda índole contra las libertades de expresión e información, imponiendo desvergonzadamente el imperio de la mentira.
o Sistemática destrucción y politización de las Fuerzas Armadas Nacionales, haciéndolas sumisas a los propósitos revolucionarios del presidente.
o Traición a la patria manifestada por: subordinación de las Políticas de Estado a intereses cubanos, propiciando una humillante penetración e invasión; apoyo a los objetivos e intereses estratégicos de los guerrilleros colombianos, al terrorismo y al narcotráfico.
o Práctica del terrorismo de estado a nivel nacional, e indudables vínculos con el terrorismo regional e internacional, además de un abierto apoyo a la narcoguerrilla, especialmente con las Farc colombianas.
o Inexistencia del estado de derecho y eliminación de la autonomía e independencia de los poderes e instituciones públicas, lo que ha permitido una impunidad grotesca y la más absoluta concentración del poder en una sola persona.
o Creación y mantenimiento de milicias paramilitares, círculos armados del terror, adiestramiento en el manejo y uso de armamento a estudiantes, y creación de la reserva militar de carácter ilegal.
o Destrucción de nuestra industria petrolera, evidenciada por la quiebra de PDVSA y el reparto y regalo de nuestra riqueza petrolera, a cambio de apoyos incondicionales.
o Corrupción generalizada y manejo arbitrario y abusivo de los bienes y recursos económicos del pueblo venezolano.
o Aprobación de la nueva Ley de Educación, mediante la cual se elimina, entre diversos aspectos fundamentales la autonomía universitaria. Asimismo, con el nuevo modelo educativo se pretende imponer el modelo cubano con supervisores improvisados, impuestos e incondicionales. Tiene especial relevancia, la amenaza del régimen de impedir o no garantizar la educación católica de nuestros hijos, así como el desarrollo de una sistemática falsificación y adulteración de la historia. Con ello se quiere crear una nueva red o tejido social y un modelo de venezolano con una ideología y valores acordes con la revolución marxista, destruyendo de esa manera todos los valores tradicionales de la educación en Venezuela.
En el orden externo:
o Nuestra política exterior no cuenta con un organismo con ideas claras sobre las metas y objetivos a lograr. Nuestra cancillería la han ido desmantelando y destruyendo progresivamente, convirtiéndola en otro instrumento del proyecto revolucionario.
o La crisis que confrontamos, por la política exterior del régimen, que pretende como prioridad exportar su revolución con el llamado Plan Espada de Bolívar, ha ido permitiendo más bien el crecimiento y expansión de nuestros vecinos en detrimento de nuestros intereses y a expensas de nosotros mismos. En tal sentido, Colombia y Brasil especialmente, han desarrollado políticas exteriores más racionales y agresivas.
o Colombia ha desplazado a Venezuela como principal socio y aliado estratégico de los Estados Unidos y en la actualidad debido al desarrollo de su maquinaria militar, mejor dotada, más eficiente, disciplinada y con mayor mística y moral, ha provocado un desequilibrio táctico y estratégico con relación a Venezuela.
o Otra característica de la política exterior de este régimen, lo constituye su progresivo aislamiento de la comunidad internacional democrática progresista y civilizada y su permanente identificación y acercamiento con estados totalitarios, atrasados y caracterizados por el fomento y práctica del terrorismo en todas sus formas. Llama la atención las recientes denuncias, tanto del canciller como de la vice canciller de Israel referente al otorgamiento de documentos venezolanos de identidad falsos a fundamentalistas islámicos, así como la ubicación de células terroristas islámicas en zonas sensibles de la geografía nacional.
o Traición a la patria que se evidencia por el entreguismo y abandono de la posición firme de Venezuela, en la reclamación del Esequibo y en la delimitación de áreas marinas y submarinas del Golfo de Venezuela.
Visto así el panorama, tanto en el orden interno como en el externo, dentro de una apretada síntesis, la afirmación inicial de que nuestro país avanza decididamente hacia su dispersión y desintegración como estado soberano, libre e independiente tiene fundamento y no luce aventurada.
Ahora cabe preguntarnos.¿Debemos permitir que semejante situación continúe?
No solo existe el derecho sino también la obligación, de toda la sociedad democrática venezolana, de tratar de que este régimen dure lo menos posible. Esta obligación debe ser más apremiante para los venezolanos que tienen
legalmente el monopolio de las armas. De no permitir el régimen la salida democrática mediante un proceso electoral transparente, legal, justo, imparcial y verdaderamente democrático, se impone una intervención conjunta de la sociedad democrática y de sus Fuerzas Armadas en una acción ajustada a derecho y eminentemente constitucional, de acuerdo a las normas vigentes en sus artículos 326, 328, 333, y 350.
Dentro de las perspectivas políticas generales para el año 2009 Y subsiguientes, y mas concretamente en lo que a la soberanía de la patria se refiere, a su seguridad y defensa e integridad como nación, el hecho más grave y trascendental, se refiere a la progresiva, y aparentemente indetenible dispersión y desintegración de la patria como estado soberano, libre e independiente.
Este hecho tiene su fundamento en diversos aspectos tanto en el orden interno como en el externo.
En el orden interno:
o Intención evidente, por parte del régimen, de desconocer la voluntad de la inmensa mayoría de venezolanos, fundamentada en la constitución y leyes vigentes, y expresada en diversos procesos electorales y referendo revocatorio. Para ello desde el inicio de este proceso, el régimen ha apelado a todo género de ventajismos, trucos, fraudes y hasta la promulgación de leyes inconstitucionales.
o Permanente clima de confrontación promovido por el gobierno, mediante la disolución y quiebra maniquea de los valores nacionales (históricos, culturales, educativos, sociales y religiosos)
o Grave crisis socio económica- cuya evidente expresión lo constituye la quiebra y asalto a PDVSA y al Banco Central de Venezuela- tipificada por el desempleo, la destrucción y quiebra del aparato productivo nacional, hambre y miseria, ineficacia administrativa y abandono de la infraestructura física del país, y un desbocado e impresionante aumento de la inseguridad, pobreza y niñez abandonada.
o Violación sistemática de los derechos y de los bienes humanos esenciales, incluyendo la vida, la integridad física, el patrimonio, la honra, la fe religiosa y la paz familiar.
o Amenazas y acciones de toda índole contra las libertades de expresión e información, imponiendo desvergonzadamente el imperio de la mentira.
o Sistemática destrucción y politización de las Fuerzas Armadas Nacionales, haciéndolas sumisas a los propósitos revolucionarios del presidente.
o Traición a la patria manifestada por: subordinación de las Políticas de Estado a intereses cubanos, propiciando una humillante penetración e invasión; apoyo a los objetivos e intereses estratégicos de los guerrilleros colombianos, al terrorismo y al narcotráfico.
o Práctica del terrorismo de estado a nivel nacional, e indudables vínculos con el terrorismo regional e internacional, además de un abierto apoyo a la narcoguerrilla, especialmente con las Farc colombianas.
o Inexistencia del estado de derecho y eliminación de la autonomía e independencia de los poderes e instituciones públicas, lo que ha permitido una impunidad grotesca y la más absoluta concentración del poder en una sola persona.
o Creación y mantenimiento de milicias paramilitares, círculos armados del terror, adiestramiento en el manejo y uso de armamento a estudiantes, y creación de la reserva militar de carácter ilegal.
o Destrucción de nuestra industria petrolera, evidenciada por la quiebra de PDVSA y el reparto y regalo de nuestra riqueza petrolera, a cambio de apoyos incondicionales.
o Corrupción generalizada y manejo arbitrario y abusivo de los bienes y recursos económicos del pueblo venezolano.
o Aprobación de la nueva Ley de Educación, mediante la cual se elimina, entre diversos aspectos fundamentales la autonomía universitaria. Asimismo, con el nuevo modelo educativo se pretende imponer el modelo cubano con supervisores improvisados, impuestos e incondicionales. Tiene especial relevancia, la amenaza del régimen de impedir o no garantizar la educación católica de nuestros hijos, así como el desarrollo de una sistemática falsificación y adulteración de la historia. Con ello se quiere crear una nueva red o tejido social y un modelo de venezolano con una ideología y valores acordes con la revolución marxista, destruyendo de esa manera todos los valores tradicionales de la educación en Venezuela.
En el orden externo:
o Nuestra política exterior no cuenta con un organismo con ideas claras sobre las metas y objetivos a lograr. Nuestra cancillería la han ido desmantelando y destruyendo progresivamente, convirtiéndola en otro instrumento del proyecto revolucionario.
o La crisis que confrontamos, por la política exterior del régimen, que pretende como prioridad exportar su revolución con el llamado Plan Espada de Bolívar, ha ido permitiendo más bien el crecimiento y expansión de nuestros vecinos en detrimento de nuestros intereses y a expensas de nosotros mismos. En tal sentido, Colombia y Brasil especialmente, han desarrollado políticas exteriores más racionales y agresivas.
o Colombia ha desplazado a Venezuela como principal socio y aliado estratégico de los Estados Unidos y en la actualidad debido al desarrollo de su maquinaria militar, mejor dotada, más eficiente, disciplinada y con mayor mística y moral, ha provocado un desequilibrio táctico y estratégico con relación a Venezuela.
o Otra característica de la política exterior de este régimen, lo constituye su progresivo aislamiento de la comunidad internacional democrática progresista y civilizada y su permanente identificación y acercamiento con estados totalitarios, atrasados y caracterizados por el fomento y práctica del terrorismo en todas sus formas. Llama la atención las recientes denuncias, tanto del canciller como de la vice canciller de Israel referente al otorgamiento de documentos venezolanos de identidad falsos a fundamentalistas islámicos, así como la ubicación de células terroristas islámicas en zonas sensibles de la geografía nacional.
o Traición a la patria que se evidencia por el entreguismo y abandono de la posición firme de Venezuela, en la reclamación del Esequibo y en la delimitación de áreas marinas y submarinas del Golfo de Venezuela.
Visto así el panorama, tanto en el orden interno como en el externo, dentro de una apretada síntesis, la afirmación inicial de que nuestro país avanza decididamente hacia su dispersión y desintegración como estado soberano, libre e independiente tiene fundamento y no luce aventurada.
Ahora cabe preguntarnos.¿Debemos permitir que semejante situación continúe?
No solo existe el derecho sino también la obligación, de toda la sociedad democrática venezolana, de tratar de que este régimen dure lo menos posible. Esta obligación debe ser más apremiante para los venezolanos que tienen
legalmente el monopolio de las armas. De no permitir el régimen la salida democrática mediante un proceso electoral transparente, legal, justo, imparcial y verdaderamente democrático, se impone una intervención conjunta de la sociedad democrática y de sus Fuerzas Armadas en una acción ajustada a derecho y eminentemente constitucional, de acuerdo a las normas vigentes en sus artículos 326, 328, 333, y 350.
20/8/09
LEYES DE GUERRA por Luis Marín
En los gobiernos despóticos es menester que la educación sea servil.
Montesquieu
El punto de partida bien puede ser el principio de legalidad, formulado así: Que el gobierno acomode su voluntad a la Ley no que acomode la ley a su voluntad. Uno, es el principio del Estado de Derecho; el otro, el principio del despotismo.
El punto siguiente se refiere al régimen representativo: La única ley que puede obedecerse sin perder la libertad es aquella que el ciudadano se da a sí mismo. No puede ser impuesta. El consentimiento (del obligado) es un principio constitutivo de Derecho y los vicios de consentimiento son causa de nulidad.
Por último, no se puede consentir una ley insensata, injusta, que vaya contra los intereses o que perjudique al ciudadano que debe cumplirla. Nadie puede ser obligado a actuar contra sí mismo ni contra los dictados de su conciencia.
Todos estos son principios universales, harto discutidos, pero generalmente aceptados a cuya luz debe examinarse la más reciente legislación que se está produciendo en Venezuela, para poner un ejemplo, la novísima Ley Orgánica de Educación, aunque cualquier otra podría servir para hacer el ejercicio.
Se podría tomar cualquier punto al azar, como, por ejemplo, los “fines de la educación”: desde la valoración del “trabajo liberador”, el fortalecimiento del “Poder Popular”, pasando por “la reconstrucción del espíritu público en los nuevos republicanos con profunda conciencia del deber social”, hasta alcanzar “la suprema felicidad social” (15,9).
Pero “la suprema felicidad social” era la ideología del Despotismo Ilustrado, que justificaba al Estado Absoluto y que sirvió de fundamento al también llamado Estado Policía, incluso, al régimen soviético, por no insistir una vez más en el cubano “Mar de la Felicidad”.
Es una concepción paternalista que considera a los súbditos como eternos menores de edad, que requieren de un padre que los guíe, los reprenda y discipline y éste no puede ser otro que el monarca absoluto, que sí sabe lo que le conviene a cada quien mejor que él mismo.
También ha sido el tema recurrente de novelas que describen fantasías totalitarias, desde “1984” de George Orwell hasta “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, por lo que resulta increíble que se haya insistido en mantener una expresión como ésta en el texto de una ley de educación, pese a las críticas que muy oportunamente se le hicieron. La razón tiene que ser que realmente creen en el gobierno absoluto..
Afortunadamente, ya desde mediados del siglo XVIII, Kant estableció que el fin del Estado no puede ser la felicidad de los ciudadanos sino la máxima coincidencia de la constitución con los principios del derecho que, como todo el mundo sabe, son la libertad y la igualdad, en abierta oposición al Estado de la Ilustración que, “sobre la base del principio de la felicidad, implica despotismo”.
SOVIET. Su traducción literal del idioma ruso al español es “consejo”, así que bien se puede encontrar en la literatura una palabra por otra en expresiones como “consejo de obreros, campesinos y soldados” o bien “soviet municipal” o “Soviet Supremo”.
No es para nada raro que este régimen haya demostrado tan alta inclinación a bautizar con la palabra “consejo” las llamadas organizaciones populares, como los consejos comunales y ahora en la nueva Ley Orgánica de Educación, los “consejos estudiantiles” y un “consejo contralor”, estos últimos francamente violatorios de la autonomía universitaria.
Más importante que lo que crea es lo que deja fuera: Los centros de estudiantes, la Federación de Centros Universitarios (FCU) y la Unidad de Auditoría Interna; unos, representantes electos; el otro, un auditor nombrado mediante concurso.
La autonomía universitaria se restringe a actividades intelectuales, teórico prácticas y de investigación, ignorando que es sobre todo auto gobierno; auto legislación, esto es, la potestad de crear sus propias normas; autonomía financiera, administrativa y del campus universitario, de manera de no ser objeto de allanamientos.
La autonomía se cercena cuando la universidad no puede fijar sus prioridades, ni disponer de sus propios recursos, sino que sus programas se subordinan a lo que disponga el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación que, como se sabe, pretende construir el socialismo del siglo XXI.
Se establece un sistema de elección de las autoridades especialísimo, sólo aplicable a las universidades autónomas y que no existe en ninguna otra institución pública, educativa o de cualquier otro tipo, cuya finalidad evidente es hacerla ingobernable; con el agravante de establecer un “mandato revocable”, con claro sesgo político, pero que no permite percibir ni de lejos qué carácter académico pueda tener.
El régimen de ingreso y permanencia, tanto de estudiantes como de docentes, que es parte substancial de la autonomía, se remite a una legislación posterior que, a juzgar por los criterios con que se redactó la ley marco, no permite abrigar la menor esperanza para la universidad autónoma.
Lo que sí puede vislumbrarse para el futuro es el imperio de los “Comisarios del Pueblo” o “Comisarios Políticos del Partido”.
ABROGATORIO. La llamada Mesa Unitaria (MU) no podía concebir una salida más desalentadora que la propuesta de un referéndum para abrogar la citada ley orgánica de educación, aunque es de suponer que un mecanismo semejante debería servir también para la Ley de Tierras, la de Procesos Electorales y las otras 26 leyes, ya olvidadas, de la habilitante.
Y esta primera observación ya pone de relieve lo absurdo de la propuesta: se trata de hacer un esfuerzo ciclópeo para derogar una sola ley, mientras la Asamblea Nacional las aprueba como si fuera una fábrica de churros.
Salir a recoger firmas como si nunca hubiera ocurrido lo de las firmas planas, como si no existiera todavía la Lista Tascón, además de pasar por las Horcas Caudinas del CNE, para que, si les da la gana de hacerlo con base en algún cálculo político del régimen, terminen dando el resultado que les parezca, sin posibilidad de verificación.
Pero además está demostrado hasta la saciedad que este régimen no cree en elecciones, con sólo considerar lo que pasó con “la victoria de mierda” del 2D, que se tradujo en las 26 leyes de la habilitante. Es clarísimo que en el supuesto negado de llegar a “perder” un referéndum de este tipo, al día siguiente pueden lanzar otra ley orgánica de educación diez veces peor que la abrogada, con el anuncio en cadena nacional de: ¡Ahí les va esa, pa’ que la vuelvan a abrogar!
Pero la última consideración es la más importante: resulta incomprensible e imposible de justificar que una vez que se ha denunciado una ley como inconstitucional, ilegal por contraria a toda racionalidad, inmoral, que incluso llega a proponer “sacar a Dios de las aulas”, con el añadido en la plenaria de la Asamblea Nacional que hay que sacarlo pero “a patadas”, luego, sin embargo, se dice que hay que preguntarle al pueblo si le gusta la ley o no.
Por supuesto que si la gente dice que sí, entonces, todo lo anterior queda sin efecto. ¿Puede caber algo así en la mente de una persona normal? Es otra vez necesario repetir, como se ha dicho insistentemente desde antes del 2D, que cuando se trata de valores no vale hacer votaciones, así como no se hacen para cuestiones de conocimiento científico o de creencias religiosas. Estas cosas no se pueden votar porque no son objetos de opinión, son indecidibles.
Por ejemplo, las cuestiones que tienen que ver con la felicidad de las personas son íntimas estrictamente, cada quien concibe lo que le haga feliz y buscará a su manera, sin que nadie pueda imponerle nada en esta materia, tanto menos el Estado, que sólo puede actuar en la reglamentación exterior de la conducta. “La suprema felicidad social” no sólo no existe ni puede existir, si no que con esta figura retórica inasible e indefinible se abordan asuntos que no pueden ser objeto de ley alguna ni menos ponerse como finalidad de la educación que, como el conocimiento, no es para hacer feliz a nadie.
Esta sola manifestación pone de relieve la profunda ignorancia de los redactores de la ley orgánica de educación o, caso contrario, pone de relieve su inocultable vocación totalitaria.
GUERRA. Los vientos de guerra no tienen como objeto un conflicto exterior, como se hace creer, sino la necesidad de “apretar las tuercas” internamente. Es un viejo truco que ha utilizado Fidel Castro a lo largo de medio siglo: su guerra mítica con EEUU le ha servido para convertir a cualquier ciudadano que se oponga a su tiranía en un agente del enemigo y traidor a la patria.
El anuncio hecho público sobre la asistencia norteamericana a bases militares colombianas cumple con un principio tan antiguo como el derecho de gentes: que la publicidad es una garantía de la bondad de la acción, si resiste al escrutinio del público.
Caso contrario es la conducta de Cuba respecto a Venezuela, que no revela a cuánto asciende su personal militar y policial en el país, que desde hace años rebasa los 50.000 efectivos, según los cálculos más modestos. Tampoco se conocen los emplazamientos de las bases de Hezbolá en la Sierra de Perijá y en Margarita, ni los campamentos de las FARC en la frontera.
El secreto de estas actividades es la medida de su malevolencia: no resistirían el menor escrutinio público. Sin embargo, en la reciente reunión de UNASUR el comandante amenazó con que si Colombia hacía en Venezuela lo mismo que hizo en Ecuador, “la respuesta será militar”.
Pero para que Colombia haga en Venezuela lo mismo que hizo en Ecuador, Venezuela tendría que hacer lo mismo que éste estaba haciendo, o sea, cobijar campamentos de las FARC en su territorio. Parece bastante obvio, de manera que la declaración es una confesión pública inapelable. Sin embargo, gentes experimentadas como Lula Da Silva o Michelle Bachelet no se dan cuenta de nada y parecen consentir sin el menor reparo.
La razón de tanta alcahuetería es que el socialismo es un movimiento internacional que fija sus fines estratégicos por encima de límites nacionales con un realismo cínico, prescindiendo de toda consideración legal, moral, sentimental o de otro tipo.
Este neorrealismo tiene el mismo defecto que el clásico y por el mismo motivo fracasará, puesto que la moral y los sentimientos humanos también forman parte de la realidad, por lo que el realismo político resulta auto contradictorio.
No existe ninguna razón histórica ni natural que haga necesario que Venezuela se alíe con Cuba para combatir a EEUU, ni con Irán para destruir a Israel o con Rusia para enfrentar a Gran Bretaña; estas son decisiones de un comité de conspiradores.
Todas son peleas perdidas de antemano. Es responsabilidad institucional que el fracaso de cincuenta conjurados no sea el ocaso de Venezuela.
Luis Marín
18-08-09
Montesquieu
El punto de partida bien puede ser el principio de legalidad, formulado así: Que el gobierno acomode su voluntad a la Ley no que acomode la ley a su voluntad. Uno, es el principio del Estado de Derecho; el otro, el principio del despotismo.
El punto siguiente se refiere al régimen representativo: La única ley que puede obedecerse sin perder la libertad es aquella que el ciudadano se da a sí mismo. No puede ser impuesta. El consentimiento (del obligado) es un principio constitutivo de Derecho y los vicios de consentimiento son causa de nulidad.
Por último, no se puede consentir una ley insensata, injusta, que vaya contra los intereses o que perjudique al ciudadano que debe cumplirla. Nadie puede ser obligado a actuar contra sí mismo ni contra los dictados de su conciencia.
Todos estos son principios universales, harto discutidos, pero generalmente aceptados a cuya luz debe examinarse la más reciente legislación que se está produciendo en Venezuela, para poner un ejemplo, la novísima Ley Orgánica de Educación, aunque cualquier otra podría servir para hacer el ejercicio.
Se podría tomar cualquier punto al azar, como, por ejemplo, los “fines de la educación”: desde la valoración del “trabajo liberador”, el fortalecimiento del “Poder Popular”, pasando por “la reconstrucción del espíritu público en los nuevos republicanos con profunda conciencia del deber social”, hasta alcanzar “la suprema felicidad social” (15,9).
Pero “la suprema felicidad social” era la ideología del Despotismo Ilustrado, que justificaba al Estado Absoluto y que sirvió de fundamento al también llamado Estado Policía, incluso, al régimen soviético, por no insistir una vez más en el cubano “Mar de la Felicidad”.
Es una concepción paternalista que considera a los súbditos como eternos menores de edad, que requieren de un padre que los guíe, los reprenda y discipline y éste no puede ser otro que el monarca absoluto, que sí sabe lo que le conviene a cada quien mejor que él mismo.
También ha sido el tema recurrente de novelas que describen fantasías totalitarias, desde “1984” de George Orwell hasta “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, por lo que resulta increíble que se haya insistido en mantener una expresión como ésta en el texto de una ley de educación, pese a las críticas que muy oportunamente se le hicieron. La razón tiene que ser que realmente creen en el gobierno absoluto..
Afortunadamente, ya desde mediados del siglo XVIII, Kant estableció que el fin del Estado no puede ser la felicidad de los ciudadanos sino la máxima coincidencia de la constitución con los principios del derecho que, como todo el mundo sabe, son la libertad y la igualdad, en abierta oposición al Estado de la Ilustración que, “sobre la base del principio de la felicidad, implica despotismo”.
SOVIET. Su traducción literal del idioma ruso al español es “consejo”, así que bien se puede encontrar en la literatura una palabra por otra en expresiones como “consejo de obreros, campesinos y soldados” o bien “soviet municipal” o “Soviet Supremo”.
No es para nada raro que este régimen haya demostrado tan alta inclinación a bautizar con la palabra “consejo” las llamadas organizaciones populares, como los consejos comunales y ahora en la nueva Ley Orgánica de Educación, los “consejos estudiantiles” y un “consejo contralor”, estos últimos francamente violatorios de la autonomía universitaria.
Más importante que lo que crea es lo que deja fuera: Los centros de estudiantes, la Federación de Centros Universitarios (FCU) y la Unidad de Auditoría Interna; unos, representantes electos; el otro, un auditor nombrado mediante concurso.
La autonomía universitaria se restringe a actividades intelectuales, teórico prácticas y de investigación, ignorando que es sobre todo auto gobierno; auto legislación, esto es, la potestad de crear sus propias normas; autonomía financiera, administrativa y del campus universitario, de manera de no ser objeto de allanamientos.
La autonomía se cercena cuando la universidad no puede fijar sus prioridades, ni disponer de sus propios recursos, sino que sus programas se subordinan a lo que disponga el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación que, como se sabe, pretende construir el socialismo del siglo XXI.
Se establece un sistema de elección de las autoridades especialísimo, sólo aplicable a las universidades autónomas y que no existe en ninguna otra institución pública, educativa o de cualquier otro tipo, cuya finalidad evidente es hacerla ingobernable; con el agravante de establecer un “mandato revocable”, con claro sesgo político, pero que no permite percibir ni de lejos qué carácter académico pueda tener.
El régimen de ingreso y permanencia, tanto de estudiantes como de docentes, que es parte substancial de la autonomía, se remite a una legislación posterior que, a juzgar por los criterios con que se redactó la ley marco, no permite abrigar la menor esperanza para la universidad autónoma.
Lo que sí puede vislumbrarse para el futuro es el imperio de los “Comisarios del Pueblo” o “Comisarios Políticos del Partido”.
ABROGATORIO. La llamada Mesa Unitaria (MU) no podía concebir una salida más desalentadora que la propuesta de un referéndum para abrogar la citada ley orgánica de educación, aunque es de suponer que un mecanismo semejante debería servir también para la Ley de Tierras, la de Procesos Electorales y las otras 26 leyes, ya olvidadas, de la habilitante.
Y esta primera observación ya pone de relieve lo absurdo de la propuesta: se trata de hacer un esfuerzo ciclópeo para derogar una sola ley, mientras la Asamblea Nacional las aprueba como si fuera una fábrica de churros.
Salir a recoger firmas como si nunca hubiera ocurrido lo de las firmas planas, como si no existiera todavía la Lista Tascón, además de pasar por las Horcas Caudinas del CNE, para que, si les da la gana de hacerlo con base en algún cálculo político del régimen, terminen dando el resultado que les parezca, sin posibilidad de verificación.
Pero además está demostrado hasta la saciedad que este régimen no cree en elecciones, con sólo considerar lo que pasó con “la victoria de mierda” del 2D, que se tradujo en las 26 leyes de la habilitante. Es clarísimo que en el supuesto negado de llegar a “perder” un referéndum de este tipo, al día siguiente pueden lanzar otra ley orgánica de educación diez veces peor que la abrogada, con el anuncio en cadena nacional de: ¡Ahí les va esa, pa’ que la vuelvan a abrogar!
Pero la última consideración es la más importante: resulta incomprensible e imposible de justificar que una vez que se ha denunciado una ley como inconstitucional, ilegal por contraria a toda racionalidad, inmoral, que incluso llega a proponer “sacar a Dios de las aulas”, con el añadido en la plenaria de la Asamblea Nacional que hay que sacarlo pero “a patadas”, luego, sin embargo, se dice que hay que preguntarle al pueblo si le gusta la ley o no.
Por supuesto que si la gente dice que sí, entonces, todo lo anterior queda sin efecto. ¿Puede caber algo así en la mente de una persona normal? Es otra vez necesario repetir, como se ha dicho insistentemente desde antes del 2D, que cuando se trata de valores no vale hacer votaciones, así como no se hacen para cuestiones de conocimiento científico o de creencias religiosas. Estas cosas no se pueden votar porque no son objetos de opinión, son indecidibles.
Por ejemplo, las cuestiones que tienen que ver con la felicidad de las personas son íntimas estrictamente, cada quien concibe lo que le haga feliz y buscará a su manera, sin que nadie pueda imponerle nada en esta materia, tanto menos el Estado, que sólo puede actuar en la reglamentación exterior de la conducta. “La suprema felicidad social” no sólo no existe ni puede existir, si no que con esta figura retórica inasible e indefinible se abordan asuntos que no pueden ser objeto de ley alguna ni menos ponerse como finalidad de la educación que, como el conocimiento, no es para hacer feliz a nadie.
Esta sola manifestación pone de relieve la profunda ignorancia de los redactores de la ley orgánica de educación o, caso contrario, pone de relieve su inocultable vocación totalitaria.
GUERRA. Los vientos de guerra no tienen como objeto un conflicto exterior, como se hace creer, sino la necesidad de “apretar las tuercas” internamente. Es un viejo truco que ha utilizado Fidel Castro a lo largo de medio siglo: su guerra mítica con EEUU le ha servido para convertir a cualquier ciudadano que se oponga a su tiranía en un agente del enemigo y traidor a la patria.
El anuncio hecho público sobre la asistencia norteamericana a bases militares colombianas cumple con un principio tan antiguo como el derecho de gentes: que la publicidad es una garantía de la bondad de la acción, si resiste al escrutinio del público.
Caso contrario es la conducta de Cuba respecto a Venezuela, que no revela a cuánto asciende su personal militar y policial en el país, que desde hace años rebasa los 50.000 efectivos, según los cálculos más modestos. Tampoco se conocen los emplazamientos de las bases de Hezbolá en la Sierra de Perijá y en Margarita, ni los campamentos de las FARC en la frontera.
El secreto de estas actividades es la medida de su malevolencia: no resistirían el menor escrutinio público. Sin embargo, en la reciente reunión de UNASUR el comandante amenazó con que si Colombia hacía en Venezuela lo mismo que hizo en Ecuador, “la respuesta será militar”.
Pero para que Colombia haga en Venezuela lo mismo que hizo en Ecuador, Venezuela tendría que hacer lo mismo que éste estaba haciendo, o sea, cobijar campamentos de las FARC en su territorio. Parece bastante obvio, de manera que la declaración es una confesión pública inapelable. Sin embargo, gentes experimentadas como Lula Da Silva o Michelle Bachelet no se dan cuenta de nada y parecen consentir sin el menor reparo.
La razón de tanta alcahuetería es que el socialismo es un movimiento internacional que fija sus fines estratégicos por encima de límites nacionales con un realismo cínico, prescindiendo de toda consideración legal, moral, sentimental o de otro tipo.
Este neorrealismo tiene el mismo defecto que el clásico y por el mismo motivo fracasará, puesto que la moral y los sentimientos humanos también forman parte de la realidad, por lo que el realismo político resulta auto contradictorio.
No existe ninguna razón histórica ni natural que haga necesario que Venezuela se alíe con Cuba para combatir a EEUU, ni con Irán para destruir a Israel o con Rusia para enfrentar a Gran Bretaña; estas son decisiones de un comité de conspiradores.
Todas son peleas perdidas de antemano. Es responsabilidad institucional que el fracaso de cincuenta conjurados no sea el ocaso de Venezuela.
Luis Marín
18-08-09
Palabras del Dr. José Rodríguez Iturbe
Caracas, 4 de abril del 2000
Hemos invitado hoy a la constitución del Foro Demócrata Cristiano. Es un ámbito abierto a todos los que se identifican con los postulados del humanismo cristiano. En él aspiramos al análisis crítico de la realidad nacional y a fijar periódicamente posición sobre un proceso que luce, cada día, con rasgos crecientes de trágica involución institucional.
Los humanistas cristianos tenemos el derecho de contar con una tribuna propia
que exprese nuestra plataforma común de ideas en uno de los momentos más complicados y difíciles de la vida venezolana de los últimos tiempos. Este no es un momento de lucimientos cosméticos. Ni de cálculos egocéntricos. No es momento de aparentar, sino de ser.
Quienes damos vida al Foro Demócrata Cristiano actuamos asumiendo nuestra responsabilidad de ciudadanos y de políticos, porque consideramos que sería comodidad cómplice no actuar. No tenemos mentalidad monopolística. Por ello, entendemos que algunos de nuestros amigos y compañeros, en uso de su libertad, prefieran otras instancias diferentes al Foro DC para hacerse presentes.
¿Por qué nos lanzamos con este Foro? Porque no podíamos seguir en un silencio que, como grupo, tenía su causa en el veto de los indecisos, para decirlo con palabras del líder africano Julius Nyerere.
Esto no es un partido, ni una comandita de intereses. Esta es una reagrupación de políticos que compartimos principios doctrinales y postulados ideológicos. Deseamos, desde aquí, desde el Foro Demócrata Cristiano, conservar viva la idea que ha sido razón de ser de nuestra vida pública.
Nos definimos, genéricamente, como demócratas. En tal sentido estamos contra todo tipo de cercenamientos de las libertades públicas. Contra los viejos tiranos que invocaban el pasado. Y, también, contra los nuevos tiranos que, para justificar sus desmanes, invocan obsesivamente el futuro.
Nos definimos, específicamente, como demócratas cristianos. En tal sentido, somos adherentes al conjunto de principios doctrinales propios del humanismo cristiano. Tenemos, pues, como denominador común, los integrantes del Foro, que somos humanistas cristianos.
Los demócratas cristianos tenemos que iniciar, desde este Foro, nuestro compromiso con la verdad, reconociendo nuestra propia verdad, por triste y dolorosa que ella sea.
Venimos de un naufragio. La tormenta duró veinte años, pero el barco chocó con la barrera coralina en diciembre del 98 y su varadura, a lo largo del 99, terminó por destrozarlo. Lo reconocemos con toda sencillez. Sin dramatismos exagerados, que resultan a menudo el disfraz de la hipocresía y del oportunismo.
Venimos de un naufragio, y, más que intentar sacar provecho de la venta del desguace de la nave, nuestra responsabilidad nos lleva a intentar con este Foro la salvación del ideal común, para que no se cometa la insensatez de arrojarlo, junto con los restos del buque hundido, en el estercolero de la historia.
Venimos de un naufragio. Lo reconocemos sin hacer ni reclamar ahora patéticas autocríticas que no forman parte de nuestra tradición como familia socialcristiana, sino de los narcisismos que poblaron patológicamente la degeneración caudillista de los viejos partidos (incluidos, por supuesto, los nuestros).
El naufragio no fue del ideal demócrata cristiano, sino de un modo clientelar de hacer política que condujo, en breve plazo, a la democratización de la corrupción y a un neo maquiavelismo inaceptable. Los amargos frutos de ese descamino están a la vista.
Nuestras grandes ideas no fracasaron porque resultaran anacrónicas o superadas, sino porque no fueron suficientemente vividas.
El naufragio el cual venimos no fue sólo de unos partidos, sino del sistema que ellos simbolizaron. El clientelismo convirtió a la política en una feria de ambiciones; en una desgastante regata electoral en búsqueda del poder, que terminó por generar la indiferencia de los electores y el refugio suicida en quien se suponía que arreglaría todo y traería bienestar.
Hemos pasado de una amargura con una racionalidad distorsionada a una amargura absolutamente irracional. La insensatez de Chávez es el más hondo barranco de ineficacia y frustración por donde hayan rodado los sueños de los venezolanos desde los tiempos de la barbarie de las montoneras.
Aquí, en el Foro Demócrata Cristiano, no hay Chavismo Light. Aquí no hay Grupo Vichy. Es decir, aquí no hay colaboracionistas por acción u omisión. El Foro Demócrata Cristiano es una definida trinchera opositora.
Este modesto aporte es un esfuerzo por cumplir con nuestro deber de ciudadanos y nuestro compromiso militante. Frente a quienes intentan cada lunes meterse en la semana como quien va a un balneario, diciendo cosas que no comprometen a nadie. Nosotros hoy asumimos públicamente el compromiso de no cesar en la siembra de un futuro que quizá no veremos. Con esto, con el Foro Demócrata Cristiano, hacemos algo. Porque, aunque algunos no lo entiendan, el Futuro hay que hacerlo, no profetizarlo.
Caracas, 4 de abril 2000
Hemos invitado hoy a la constitución del Foro Demócrata Cristiano. Es un ámbito abierto a todos los que se identifican con los postulados del humanismo cristiano. En él aspiramos al análisis crítico de la realidad nacional y a fijar periódicamente posición sobre un proceso que luce, cada día, con rasgos crecientes de trágica involución institucional.
Los humanistas cristianos tenemos el derecho de contar con una tribuna propia
que exprese nuestra plataforma común de ideas en uno de los momentos más complicados y difíciles de la vida venezolana de los últimos tiempos. Este no es un momento de lucimientos cosméticos. Ni de cálculos egocéntricos. No es momento de aparentar, sino de ser.
Quienes damos vida al Foro Demócrata Cristiano actuamos asumiendo nuestra responsabilidad de ciudadanos y de políticos, porque consideramos que sería comodidad cómplice no actuar. No tenemos mentalidad monopolística. Por ello, entendemos que algunos de nuestros amigos y compañeros, en uso de su libertad, prefieran otras instancias diferentes al Foro DC para hacerse presentes.
¿Por qué nos lanzamos con este Foro? Porque no podíamos seguir en un silencio que, como grupo, tenía su causa en el veto de los indecisos, para decirlo con palabras del líder africano Julius Nyerere.
Esto no es un partido, ni una comandita de intereses. Esta es una reagrupación de políticos que compartimos principios doctrinales y postulados ideológicos. Deseamos, desde aquí, desde el Foro Demócrata Cristiano, conservar viva la idea que ha sido razón de ser de nuestra vida pública.
Nos definimos, genéricamente, como demócratas. En tal sentido estamos contra todo tipo de cercenamientos de las libertades públicas. Contra los viejos tiranos que invocaban el pasado. Y, también, contra los nuevos tiranos que, para justificar sus desmanes, invocan obsesivamente el futuro.
Nos definimos, específicamente, como demócratas cristianos. En tal sentido, somos adherentes al conjunto de principios doctrinales propios del humanismo cristiano. Tenemos, pues, como denominador común, los integrantes del Foro, que somos humanistas cristianos.
Los demócratas cristianos tenemos que iniciar, desde este Foro, nuestro compromiso con la verdad, reconociendo nuestra propia verdad, por triste y dolorosa que ella sea.
Venimos de un naufragio. La tormenta duró veinte años, pero el barco chocó con la barrera coralina en diciembre del 98 y su varadura, a lo largo del 99, terminó por destrozarlo. Lo reconocemos con toda sencillez. Sin dramatismos exagerados, que resultan a menudo el disfraz de la hipocresía y del oportunismo.
Venimos de un naufragio, y, más que intentar sacar provecho de la venta del desguace de la nave, nuestra responsabilidad nos lleva a intentar con este Foro la salvación del ideal común, para que no se cometa la insensatez de arrojarlo, junto con los restos del buque hundido, en el estercolero de la historia.
Venimos de un naufragio. Lo reconocemos sin hacer ni reclamar ahora patéticas autocríticas que no forman parte de nuestra tradición como familia socialcristiana, sino de los narcisismos que poblaron patológicamente la degeneración caudillista de los viejos partidos (incluidos, por supuesto, los nuestros).
El naufragio no fue del ideal demócrata cristiano, sino de un modo clientelar de hacer política que condujo, en breve plazo, a la democratización de la corrupción y a un neo maquiavelismo inaceptable. Los amargos frutos de ese descamino están a la vista.
Nuestras grandes ideas no fracasaron porque resultaran anacrónicas o superadas, sino porque no fueron suficientemente vividas.
El naufragio el cual venimos no fue sólo de unos partidos, sino del sistema que ellos simbolizaron. El clientelismo convirtió a la política en una feria de ambiciones; en una desgastante regata electoral en búsqueda del poder, que terminó por generar la indiferencia de los electores y el refugio suicida en quien se suponía que arreglaría todo y traería bienestar.
Hemos pasado de una amargura con una racionalidad distorsionada a una amargura absolutamente irracional. La insensatez de Chávez es el más hondo barranco de ineficacia y frustración por donde hayan rodado los sueños de los venezolanos desde los tiempos de la barbarie de las montoneras.
Aquí, en el Foro Demócrata Cristiano, no hay Chavismo Light. Aquí no hay Grupo Vichy. Es decir, aquí no hay colaboracionistas por acción u omisión. El Foro Demócrata Cristiano es una definida trinchera opositora.
Este modesto aporte es un esfuerzo por cumplir con nuestro deber de ciudadanos y nuestro compromiso militante. Frente a quienes intentan cada lunes meterse en la semana como quien va a un balneario, diciendo cosas que no comprometen a nadie. Nosotros hoy asumimos públicamente el compromiso de no cesar en la siembra de un futuro que quizá no veremos. Con esto, con el Foro Demócrata Cristiano, hacemos algo. Porque, aunque algunos no lo entiendan, el Futuro hay que hacerlo, no profetizarlo.
Caracas, 4 de abril 2000
18/8/09
El Foro Demócrata Cristiano y la Ley de Educación
El gobierno de Hugo Chávez, a través de su Asamblea Nacional, ha dictado una nueva Ley Orgánica de Educación sustitutiva de la que por años rigió la materia dentro de un gran consenso nacional y en armonía con todos los sectores de la vida ciudadana. Esta nueva ley se preparó bajo la dirección de los asesores castro-comunistas del régimen a espaldas del país y se impuso aceleradamente para intentar someter a todas las instituciones educativas y a todos sus niveles: públicas, privadas, laicas, religiosas, normal, básicas, diversificadas y universitarias. Su contenido es violatorio de los principios y letra de la Constitución Nacional, y contrarios a la más acendrada tradición republicana venezolana; se trata pues, de una imposición del espíritu invasor castrista que se ha resuelto dominar a Venezuela en todas sus instituciones, civiles y militares, con la complicidad y traición del gobierno de Chávez.
A este nuevo reto, la sociedad, como un todo, se ha levantado en protesta y desafío, declarándose en rebelión y anunciando su decisión de desacatar las normas que se le pretenden imponer. Desde los claustros universitarios, los liceos, colegios y escuelas, ha surgido la consigna de convertir “cada aula en una trinchera”, midiendo las consecuencias pero resueltos a todo. Desde esta tribuna ofrecemos, y empeñamos desde ya, todo nuestro apoyo y concurso militante.
Denunciaremos, dentro y fuera del país, los atropellos que se fraguan en los laboratorios del chavismo traidor, bajo la dirección del comunismo castrista, pero tampoco permitiremos que maniobras electoreras mediaticen la decisión libertaria y patriota que ha dispuesto la Nación para enfrentar este nuevo reto.
Por esta razón, alertamos que la rebelión decidida ante la imposición oficial no debe ser distraída con engaños nacidos de acciones cocinadas en combinación con la oficina electoral del gobierno, y mediante la puesta en práctica de sus instrumentos fraudulentos: el REP y la nueva Ley Electoral, también nacida en oscura y aviesa maniobra. La Sociedad debe mantenerse alerta y no dejarse confundir con aparentes salidas, sin posibilidades de éxito, y que sólo buscan ablandar el espíritu de Rebelión asumido. La lucha tiene que ser a fondo y sin cuartel por la derogatoria e inaplicabilidad de la “ley cubana”. Venezuela no se puede jugar en apuestas electoreras.
Caracas, 17 de Agosto de 2009
Por la Coordinación Nacional:
Enrique Aristeguieta G., Ángel Bernardo Viso, Alberto Silva G., Humberto Maio N., Oswaldo Páez Pumar, Julio Dávila C., Maurice Valery, Rafael León M. y Luis Betancourt O.
A este nuevo reto, la sociedad, como un todo, se ha levantado en protesta y desafío, declarándose en rebelión y anunciando su decisión de desacatar las normas que se le pretenden imponer. Desde los claustros universitarios, los liceos, colegios y escuelas, ha surgido la consigna de convertir “cada aula en una trinchera”, midiendo las consecuencias pero resueltos a todo. Desde esta tribuna ofrecemos, y empeñamos desde ya, todo nuestro apoyo y concurso militante.
Denunciaremos, dentro y fuera del país, los atropellos que se fraguan en los laboratorios del chavismo traidor, bajo la dirección del comunismo castrista, pero tampoco permitiremos que maniobras electoreras mediaticen la decisión libertaria y patriota que ha dispuesto la Nación para enfrentar este nuevo reto.
Por esta razón, alertamos que la rebelión decidida ante la imposición oficial no debe ser distraída con engaños nacidos de acciones cocinadas en combinación con la oficina electoral del gobierno, y mediante la puesta en práctica de sus instrumentos fraudulentos: el REP y la nueva Ley Electoral, también nacida en oscura y aviesa maniobra. La Sociedad debe mantenerse alerta y no dejarse confundir con aparentes salidas, sin posibilidades de éxito, y que sólo buscan ablandar el espíritu de Rebelión asumido. La lucha tiene que ser a fondo y sin cuartel por la derogatoria e inaplicabilidad de la “ley cubana”. Venezuela no se puede jugar en apuestas electoreras.
Caracas, 17 de Agosto de 2009
Por la Coordinación Nacional:
Enrique Aristeguieta G., Ángel Bernardo Viso, Alberto Silva G., Humberto Maio N., Oswaldo Páez Pumar, Julio Dávila C., Maurice Valery, Rafael León M. y Luis Betancourt O.
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