El habla sin parar como los loros,
su vestimenta es de guacamaya,
no desciende de incas ni de mayas
y ha formado con focas un gran coro.
Nunca tuvo mesura ni decoro.
Al pueblo prepotente lo avasalla,
no sabe conducir pero lo ensaya.
Grumete es que se cree comodoro.
Hoy tiene al país roto en pedazos
(no solo él, el equipo de pelmazos
cuya ignorancia es enciclopédica)
y al verlo modosito junto a Santos
pensé que a lo mejor no falta tanto,
para que cuide de él la junta médica.
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