La ofensa al Cardenal
tiene un único objetivo:
que se olvide el colectivo
del olor de Pudreval;
y el sarcófago se ha abierto
por idénticas razones:
tapar las emanaciones
que han salido de los puertos.
El papel de la asamblea
carente de toda idea
es repetir las injurias
que profiere el comandante,
como prueba terminante
de su condición espuria.
Caracas, 21 de julio de 2010.
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