En una entrevista concedida por el expresidente Chávez, el 3 de octubre de 1999, al periodista cubano Ramón Mestre y que fue publicada en El Nuevo Herald, el recién estrenado mandatario afirmaba categóricamente: "en mi gobierno no habrá presos políticos. En todo momento, nosotros hemos respetado las libertades ciudadanas". Eso cayó en el olvido. Basta recordar a Franklin Brito, muerto mientras estaba preso en huelga de hambre; a su antiguo colaborador, el general Usón, encarcelado por haber explicado cómo se usaba un lanzallamas; funcionarios policiales como Simonovis, Forero y Vivas, por tratar de impedir una masacre el 11 de abril de 2002; y la recién "liberada" juez Afiuni, por haber dictado una sentencia ajustada a derecho.
Más adelante, ante una pregunta del periodista sobre la posibilidad de que hubiese una intervención militar para restituir en el poder al presidente Aristide, señaló: "seguimos rechazando la injerencia militar. En todo caso la intervención militar es inaceptable". Parece ser costumbre de los socialistas que creen en el marxismo leninismo, que esas afirmaciones solo corresponden cuando se trata de fuerzas militares de países que no son afines ideológicamente. Vale recordar las intervenciones soviéticas en Hungría, Checoslovaquia y Cuba. En el caso nuestro, la presencia en nuestro país de numerosos miembros de las milicias cubanas, denunciadas en múltiples ocasiones, no tiene importancia, aun cuando se trate de generales como Ramiro Valdés, amén de la cantidad de oficiales cubanos que frecuentan las instalaciones de Fuerte Tiuna y otras bases en el territorio nacional.
Más adelante dice: "te aseguro que sí reconocemos que en los gobiernos anteriores había hombres honrados, patrióticos, con buenas intenciones... Para ellos, no fue fácil ejercer sus deberes ciudadanos en medio de tanta inmoralidad. El sistema mismo estaba corrompido. De ahí que tenemos la obligación de cambiarlo, mejorándolo". "El pueblo estaba cansado, enfurecido ante tanta injusticia. Lo sigue estando. La sociedad venezolana es un volcán activo. Ha estado al borde de la erupción. Reclama, con razón, cosas que le pertenecen".
Lamentablemente la corrupción y las injusticias no solo permanecen, sino que se han incrementado en forma vertiginosa. Nuestro país continúa siendo un polvorín, como señalaba el mismo Chávez, quien para cerrar con broche de oro no dudó en decir: "... eso lo tendrá que decidir el Poder Judicial. Como Presidente no puedo tomar esa determinación. Constituiría una violación de la separación de poderes. Precisamente, los tiranos violan la separación de poderes". Y ya, casi al final: "vi claramente que Venezuela ha sufrido demasiado a manos de los rencorosos, de los amargados, de los que odian".
Más adelante, ante una pregunta del periodista sobre la posibilidad de que hubiese una intervención militar para restituir en el poder al presidente Aristide, señaló: "seguimos rechazando la injerencia militar. En todo caso la intervención militar es inaceptable". Parece ser costumbre de los socialistas que creen en el marxismo leninismo, que esas afirmaciones solo corresponden cuando se trata de fuerzas militares de países que no son afines ideológicamente. Vale recordar las intervenciones soviéticas en Hungría, Checoslovaquia y Cuba. En el caso nuestro, la presencia en nuestro país de numerosos miembros de las milicias cubanas, denunciadas en múltiples ocasiones, no tiene importancia, aun cuando se trate de generales como Ramiro Valdés, amén de la cantidad de oficiales cubanos que frecuentan las instalaciones de Fuerte Tiuna y otras bases en el territorio nacional.
Más adelante dice: "te aseguro que sí reconocemos que en los gobiernos anteriores había hombres honrados, patrióticos, con buenas intenciones... Para ellos, no fue fácil ejercer sus deberes ciudadanos en medio de tanta inmoralidad. El sistema mismo estaba corrompido. De ahí que tenemos la obligación de cambiarlo, mejorándolo". "El pueblo estaba cansado, enfurecido ante tanta injusticia. Lo sigue estando. La sociedad venezolana es un volcán activo. Ha estado al borde de la erupción. Reclama, con razón, cosas que le pertenecen".
Lamentablemente la corrupción y las injusticias no solo permanecen, sino que se han incrementado en forma vertiginosa. Nuestro país continúa siendo un polvorín, como señalaba el mismo Chávez, quien para cerrar con broche de oro no dudó en decir: "... eso lo tendrá que decidir el Poder Judicial. Como Presidente no puedo tomar esa determinación. Constituiría una violación de la separación de poderes. Precisamente, los tiranos violan la separación de poderes". Y ya, casi al final: "vi claramente que Venezuela ha sufrido demasiado a manos de los rencorosos, de los amargados, de los que odian".
No hay comentarios:
Publicar un comentario