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7/6/13

El golpe por Eduardo Fernández

Estimados amigos del IFEDEC: 

Muchas gracias por el artículo de Eduardo Fernández publicado en Últimas Noticias, como todos los viernes, y titulado
"El golpe". No estaría de más que le recordaran al autor que quienes liquidaron lo que creíamos sería la última dictadura militar, cuando él tenía 17 años, fueron los militares de su país; que fueron los cadetes de la entonces Escuela Militar, bajo la jefatura de su Director, Coronel Pedro José Quevedo Delgado, los que dieron el puntillazo a la dictadura de Marcos Evangelista Pérez Jiménez la madrugada del 23 de enero de 1958, quien al saber del alzamiento se negó a sofocarlos cruentamente con el batallón Bolívar con la sentencia, copiada del General Medina en la madrugada del 19 de octubre de 1945, de "yo no mato cadetes". Que la Junta de Gobierno que sustituyó al dictador estuvo inicialmente conformada exclusivamente por 5 militares, bajo el comando del Contralmirante Wolfang Larrazabal Ugueto, ampliada luego a 7 miembros con la inclusión de 2 civiles, Blas Lamberti y Eugenio Mendoza, patriotas a quienes no se les arrugó el cuero por integrarse a los militares golpistas, y reducida a 5 miembros por la exclusión de los más connotados perejimenistas de la junta inicial. Que esos militares alzados contra la anterior dictadura fueron los que iniciaron la etapa más civilista y democrática de nuestra historia, y que desconocerlos atribuyendo la autoría de esa gesta a una ambigua y etérea "nación" como lo hace en su artículo: "la nación logró liquidar...", es una mezquindad antihistórica y una injusticia con esa institución muy venezolana.  El golpe del 23 de enero de 1958, cuando Fernández tenía solamente 17 años sí fue bueno y nos dio 40 años de democracia ¿Por qué descartar de antemano otro igual?

Saludos, Luis Betancourt Oteyza




Buenos días
Le enviamos el artículo de opinión del Dr. Eduardo Fernández publicado, como todos los viernes, en Últimas Noticias.

Muchas gracias por su lectura y feliz fin de semana.


FIRMA: EDUARDO FERNÁNDEZ

El golpe


Yo nací en un país tan atrasado que todavía allí se daban golpes de Estado militares.

El día cuando cumplí 5 años, 18 de octubre de 1945, los militares tumbaron a un general civilista: Isaías Medina. Lo hicieron en nombre de la revolución, como siempre.
Cuando cumplí 8 años, esos mismos militares tumbaron al maestro Rómulo Gallegos.
Cuando cumplí 10 años, asesinaron al Presidente de la Junta Militar de Gobierno.


Cuando cumplí 12 años, desconocieron el triunfo electoral de la oposición encabezada por el doctor Jóvito Villalba.

Al cumplir 17 años, la nación logró liquidar a la que pensábamos sería la última experiencia militarista en el país.

En 1959 se inició una larga trayectoria de República civil con presidentes civiles y con alternabilidad republicana. Fueron innumerables los intentos de golpe que tuvieron que sofocarse en aquellos años.El 4 de febrero de 1992 amanecimos de nuevo con la abominable recurrencia militarista. Ya llevamos 14 años de régimen militarista y la desesperación es tan grande que algunos piensan que la solución es un nuevo golpe militar, que en esta oportunidad sí que será muy bueno y convocará elecciones libres y democráticas en unos meses y todos viviremos felices.

Aparentemente, 200 años de historia no nos han enseñado nada. Tampoco aprendimos nada del 11 de abril de 2002.

Desde este espacio quiero delatar a los factores que conspiran a favor del golpe: empobrecimiento general del país, alto costo de la vida, inflación, desabastecimiento, inseguridad, deterioro de los servicios públicos (agua y luz), corrupción galopante, crisis institucional. Es decir, un gobierno que no gobierna, una asamblea que no legisla ni controla, una administración de justicia lenta, cara y parcializada. No existe Contralor ni Contraloría. Un árbitro electoral que no merece la confianza de más de la mitad de la población. Crisis de liderazgo. Reservas internacionales en caída libre. Devaluación monetaria. Alarmante endeudamiento interno y externo. Desempleo creciente. Paralización del aparato productivo del país. Gasto público que ya no puede ser financiado ni con el barril de petróleo a cien dólares. Ausencia de diálogo inteligente y relación imprudente con la dictadura cubana.

Con esos ingredientes, cualquier cosa puede pasar.


Eduardo Fernández
Presidente del Ifedec
@efernandezVE

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