“La
propiedad es el derecho de gozar y disponer libremente de sus bienes y del
fruto de sus talentos, industria y trabajo”
Simón
Bolívar (15-2-1819)
Hace dos
años, el 6 de julio de 2011, con motivo del desfile en Los Próceres de Caracas
con ocasión del 5 de julio, preparado para el lucimiento agónico de Hugo
Chávez, y que se frustró por su gravedad irreversible, escribí un “Desahogo”
titulado “Ejército Rojo sin Stalin”, que revisado para tomar ideas de esta
crónica negra que pretendo, podría transcribir ahora “Mutatis Mutandis”, como
solemos decir los abogados y que quiere decir: cambiando lo que en el tiempo se
debe cambiar, en relación con la payasada escenificada por la cúpula militar
venezolana, corrupta y sumisa al ejército de Fidel Castro, en el Campo de
Carabobo este 24 de junio de 2013. Dije payasada cuando quise decir vergüenza, lástima,
ofensa, pena. La demostración de los altos mandos, de los Generales y
Almirantes de nuestras FAN, es cada vez más lamentable y menos susceptible de
ser seguidas por los mandos inferiores ¿Qué les ha pasado a este cuerpo de
Generales y Almirantes para haberse entregado tan vergonzosamente al poder
militar de Fidel Castro en nuestros cuarteles y bases? Espero que haya sido un
adoctrinamiento y no la simple e inveterada corrupción. Que los hayan
entusiasmado con gestas revolucionarias y no solamente con favores. Queremos
pensar que nuestros generales y almirantes son más fanáticos que bandidos; más convencidos
que corruptos. No puede haber otra explicación para una traición tan deleznable
por evidente; tienen que explicar a sus mujeres e hijos que lo que hacen es por
un ideal y no por un beneficio. Lo contrario sería denostar de su condición de
soldados y confesar su ruindad personal. Pero ¿y si no es así? ¿Y si actúan
movidos por miedo? ¿Por el miedo a perder sus posiciones y favores inherentes? ¿Por
no ser tomados como fieles serviles al mandón? ¿Qué cuerpo de generales y almirantes
tenemos en nuestras FAN? No podemos dejar de pensar en lo que nos cuentan: Que
al momento de preparar el protocolo de las exequias de Chávez, los almirantes
comisionados para ello por el ministro marino recibieron la orden imperativa de
un oficial cubano que les advirtió: “Olvídense de lo que hicieron los
venezolanos a la muerte de los presidentes
Juan Vicente Gómez y Carlos Delgado, aquí se va a hacer lo que manda
Fidel Castro”, y esos almirantes , con el rabo entre las piernas se sometieron
a los dictados del tirano más viejo y cruel del Caribe, el cubano comunista. O
cuando el ministerio de Mata Figueroa, hoy gobernador indigno de Margarita, un
general cubano intervino sobre las “Milicias” y carajeó al alto mando ampliado
con el mismo argumento: “Aquí se hace lo que diga Fidel”, y todos, esos
generales y almirantes, se sometieron cagados, empezando por el ministrico
Mata. Si todo esto es así, y lo es, nuestros oficiales no tienen deber de
obediencia con la cúpula corrupta y traidora, y la liberación nacional tendrá
mucho que cortar dentro de las FAN para salvar a sus oficiales dignos y
garantizarnos nuestra defensa de la soberanía, de la integridad del territorio
y nuestra seguridad interior, como reza el artículo 328 del la Constitución.
Todo esto
viene a cuento porque cuando vimos este 24 de junio de 2013 en Carabobo la
reedición de aquél 5 de julio de 2011, en el abuso de nuestros soldados y
oficiales para ponerlos, violando la ley y la constitución, al servicio de una
consigna “socialista”, con una carga de teatralidad carnavalesca propia de
aquellas ramplonerías cursis de Hugo Chávez, copiadas hoy en homenajes pomposos
y también cursis a su sucesor Maduro, nos sublevamos por ellos y reclamamos sus
derechos de soldados dignos. El uso indistinto de la denominación de Comandante
Supremo para referirse a Bolívar y a Chávez es injusto e indignante. La actuación
de ese general Carlos Leal Tellería, con la excusa del mando de una brigada
blindada, dando loas al poder, a un Maduro cuya venezolanidad está en
entredicho, y confesando una fe socialista contraria al pensamiento de Simón
Bolívar, nos obliga a suponer que su actitud no puede ser producto de confusión
doctrinal sino de un espíritu de traición a la Patria movido por el más bajo
espíritu del beneficio personal. Sus subalternos no lo pueden respetar por más
que se exhiba adornado de tanquista ruso sobre un enorme blindado donde le
sobraba tanque y le faltaban tetas: solamente un espíritu de odalisca puede
producir en el cuerpo de un hombre tamaño fenómeno y convertir un general en
dama de compañía de un harén corrupto.
Se ha
criticado la presencia de dos mujeres a pecho descubierto y pintadas con
uniformes de la época. No comparto esa crítica pues ambas merecen exhibir lo
que mostraron, por auténticas y guapas, y la ocasión no pudo ser más propicia:
eran la muestra desnuda de un cuerpo de generales que se han pintado con todos
los colores que les ordenan desde la Cuba castrista menos con los del decoro
venezolano, a pesar de las mascarillas tricolores con que disfrazaron a sus
humilladas tropas. Esto que ocurrió el 24 de junio de 2013 será reivindicado
por las mismas FAN, que fueron avergonzadas ese día. Lo juramos.
Caracas, 26
de junio de 2013