Al rendirle pleitesía
a Fidel con su visita,
Lula entró en comandita
con el clan de bastardía
que dirige el vestiglo
que a Cuba ha tiranizado
y a su pueblo esclavizado,
ya por más de medio siglo.
Quiso en esa despedida
de Lula al homicida
estar presente Zapata;
y así dejar testimonio
de que aún el demonio
siempre es mejor que una rata.
Caracas, 2 de marzo de 2010
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