Asamblea y presidencia
junto con la fiscalía
forman una cofradía
de siniestra apariencia.
Mientras que los inocentes
en prisión son enjuiciados,
en libertad son juzgados
los peores delincuentes;
y no es esto accidental,
el supremo tribunal
se encarga de enmendar
cuando se imparte justicia
y se corre la noticia
que la fiscal va a apelar.
Caracas, 9 de septiembre de 2009
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