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13/7/12

Capriles y los Militares por Luis Betancourt Oteyza


Acabo de ver y oír el mensaje del candidato Henrique Capriles al sector militar. Mi atención no se acrecentó por la estúpida prohibición contenida en el radiograma emanado del ministerio de la defensa rojo rojito que minutos antes se denunció en el programa del valiente “Ciudadano”, Leopoldo Castillo; ya había surgido el interés por conocer la merecida respuesta a los abusos exagerados y reiterados de Chávez a los militares, que este 24 de junio y 5 de julio llegaron al paroxismo. El Tirano no se ahorró en disparates ante las FAN que una vez más han sufrido sus embates megalómanos y sus manipulaciones irrespetuosas. Eso de afirmar que “el que no es chavista, no es venezolano” no fue más que el producto de una mente agobiada por los medicamentos y calmantes, y el miedo que cada día le atenaza el gañote. Buena respuesta también recibió de Capriles: “No es el presidente quien decide quién es venezolano, sino los venezolanos quienes deciden quién es el presidente”, y Chávez se quedó sin reacción, se privó, y esto hay que resaltarlo.

En efecto, algunos hemos venido notando que Chávez está agotado y sin recursos en esta campaña electoral que se le vino encima por el torpe cálculo de adelantarla para que la incapacidad y muerte no le coleara la parada del continuismo tramado en beneficio de Fidel Castro, el verdadero mandamás de Venezuela. Todos en su círculo de cómplices, que incluye a su familia, acordaron adelantar sin justificación aparente la fecha de la elección del próximo presidente, en una maniobra que no termino de desmadejar pero que evidentemente la garra sanguinolenta de Fidel Castro manipuló en beneficio de conservar su colonia petrolera; pero su Títere no estaba en condiciones físicas y mucho menos anímicas. El candidato del gobierno no es capaz de hilvanar un discurso coherente, de la contundencia que se requiere para vender su catástrofe como una gesta revolucionaria, ni esquivar su entrega a los hermanos Castro con una siembra de ánimos épicos que logren esconder su traición a Venezuela. Se le acabaron los argumentos para manipular, misiones más, misiones menos, a los venezolanos. Eso era de esperar y se veía venir. Lo que no supo prever, ni él ni sus conmilitones adulantes, es que en un grupo de venezolanos selectos, como son nuestros militares, ya al rey se le veía desnudo. Que los crímenes contra personas y bienes los tiene hastiados, tanto o más que al resto de los nacionales. Que en ese mundo, que vive de la disciplina y el mérito, sus ordinarieces hace tiempo que ya habían rebasado lo permisible y que la situación en las fronteras, donde la entrega a las FARC y el narcotráfico se hace insoportable, el abandono de los cuarteles y sus moradores llegó a lo impensable. Hoy recorrer las más importantes instalaciones de nuestras FAN da vergüenza; su descuido denuncia desprecio por la institución y la más bochornosa de las corrupciones. La intromisión de cubanos e iraníes, que fue patente en la presentación de los “drones”, descubiertos por la prensa extranjera, y pretendidamente construidos aquí, resulto una burla a quienes adentro conocen su verdad y una lacra para los oficiales que se prestaron a la comedia. 

Pero, como era de esperar, el sector miliar venezolano, nutrido de ejemplos que lo llenan de orgullo, que supo defender la patria de la invasión cubana en los 60, entregando las vidas de sus soldados y oficiales, muy jóvenes todos; que ha sabido estar de pié cuando se ha requerido su señal en defensa de nuestras inestables fronteras; que ha sostenido los derechos de todos cuando ha parecido flaquear el poder civil, no se arrodilla ni a las amenazas de Chávez ni a sus ofensivos halagos. Ahí está, como siempre, y a esos venezolanos les habló hoy jueves 12 de julio Henrique Capriles en el lenguaje de todos nosotros, con respeto y pidiendo para ellos respeto; con sinceridad, tocando sus verdaderos problemas profesionales y familiares; citando sus intereses altruistas y no ofreciendo dádivas vergonzosas como quien los trata cual meretrices dispuestas al mejor postor, en especie, oropeles o numerario.

La alocución de Capriles reflejó un respeto y consideración que nuestros militares merecían desde hace tiempo. Llegó la hora para ellos también y estarán, una vez más, al lado de nosotros, pues todos somos el pueblo de la Venezuela libre y soberana.

Caracas, 12 de julio de 2012.


  
   

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