Las fuerzas políticas, partidos, y no partidos, se están preparando desde mucho tiempo atrás para unas elecciones que ha convocado la oficina de “Asuntos Eleccionarios del Gobierno de Chávez”, alias “CNE”, para el próximo mes de septiembre, según aseguran. Desde antes de esta convocatoria oficiosa u oficial, poco importa, los que se presentan como partidos adversos al gobierno se han citado en una idea que han llamado “Mesa de la Unidad”, donde se dedican a tratar de repartirse las posibilidades parlamentarias que puedan conseguir en el acto electoral, mientras otros, más avezados y hábiles, previamente acuerdan con el chavismo, en juego sucio, que ya se manifestó, entre otros hechos, en la traición a la huelga de hambre de los estudiantes en octubre, abortada por sus esbirros.
Hoy nos están “informando” que las conversaciones van y vienen, que se trata de lo que ya se llama, en burla burlando, de la búsqueda de la “Unidad Perfecta”, lo más contrario a lo bueno; que si vamos por primarias, encuestas o consensos; que si hace falta una tarjeta única; que si hay que escoger a los mejores; que si necesitamos un programa legislativo común y de avanzada (nadie entendería lo contrario); que si vamos a “meter” en las listas a los mejores; en fin y etcétera, que quieren complacernos a todos a la hora de escoger sus normas y sus candidatos. Bien. Pero la Junta Patriótica de 1957, que ayudó a tumbar, con los militares democráticos, al dictador anterior, no necesitó de tanto detalle, sólo se decidió a salir de la oscuridad brillante del perejimenato.
Pero no nos han dicho qué quieren hacer con ese ejército de parlamentarios una vez que los logren elegir, a pesar del CNE, REP, TSJ, etc. ¿Para qué quieren ganar esos puestos, reducidos o no por el fraude electrónico y otras artimañas? ¿Para qué quieren esas curules? Para contribuir, como ha afirmado Julio Borges, con Chávez y su gobierno en buenas ideas -¿Tiene Chávez proyectos de buenas ideas y desarrollo que merezcan la pena?-, o quieren esas curules para reventar esta revolución, reestablecer el dominio de la Propiedad Privada y devolver sus empresas agropecuarias, industriales y turísticas a sus empresarios y sindicatos venezolanos; rehacer a PDVSA; expulsar a los invasores castristas; liberar a los presos políticos; restablecer el principio de la legalidad, como se hizo por ejemplo en Honduras; exigir la persecución de la corrupción galopante que se ha comido la mitad, por lo menos, del País; de enjuiciar al Presidente y sus los ministros maulas e irresponsables que han arruinado las fuerzas productoras de la sociedad, y aquellos que, por acción u omisión, presencian el asesinato de cientos de miles venezolanos, inocentes o no, pero titulares de Derechos Humanos exigentes; reconstruir nuestra Instituciones fundamentales como, por ejemplo, las Fuerzas Armadas Nacionales ¿Van a dar la pelea de verdad? ¿Van, como chilla Chávez, a por él? ¿Van a acabar con esta locura y rescatar la Patria y la Democracia, es decir, la Libertad? O van a sentarse al lado de los malandros del chavismo, que escoja el dedo tiránico del mandón, para cobrar una cuaima mensual y hacer de relleno del régimen y ver si les toca algo del negocio nacional, petrolero o no.
¿Para qué llevarlos al Parlamento? Esta es la pregunta que nos hacemos los venezolanos hoy y se requiere una respuesta pronto. Una respuesta para sumar a la lucha y acción los “Ni Ni”, que la están esperando; una respuesta para convocar a la Nación a salir de esta pesadilla. La respuesta de: “Vamos a salir del chavismo” ¡VAMOS A POR ÉL! Hay que convocar, como el 11 de abril de 2002, a salir del Tirano. Sin esta definición no habrá lucha franca y emprendedora, para ahora ni después, ni oportunidad de Libertad.
Gracias a Dios y a la Historia, y perdónenme la herejía, si las cúpulas no dan la talla, la dará el pueblo civil y militar. Estoy seguro.
Caracas, 17 de noviembre de 2009.
Luis Betancourt Oteyza
C.I. V-1.758.024
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