Una jueza apegada
a la ley que le ordena
que se enjuicie sin cadena
a la persona acusada,
compareció esposada
ante su par que decreta,
en alarde de alcahueta,
que seguirá encarcelada.
Peligrosidad jurídica
le imputa la jueza cínica
y debo darle razón.
Pues quien actúa en derecho
en el reino del cohecho,
pone en peligro al mandón.
Caracas, 28 de abril de 2010
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