El fin es acabar con la iniciativa privada. Hay que reaccionar y no seguir creyendo en pajaritos
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JULIO DÁVILA CÁRDENAS | EL UNIVERSAL
sábado 21 de septiembre de 2013 12:00 AM
Ya casi podemos asegurar que la gran mayoría de quienes habitamos en Venezuela, chavistas y de oposición, estamos sufriendo los embates de la inflación y la escasez, así como de los constantes apagones, los peligros de la creciente inseguridad, los pésimos servicios de salud, ver cómo se prea sin castigo y por si todo esto fuera poco, obligados a escuchar la descarada repetición de engañosas promesas, falsas acusaciones y propósitos de enmienda que no piensan cumplir. Mientras tanto, no cesan en su propósito de continuar sembrando el odio y el miedo.
Sus pasos se encaminan al establecimiento de lo que se empeñan en denominar socialismo del siglo XXI, que no es más que la misma receta de los hermanos Castro en la sufrida isla de Cuba. Es decir, el comunismo tropicalizado que lo único que hace es repartir miseria, porque es lo que produce.
He escuchado decir a empresarios aparentemente conocedores de la economía, dar gracias al cielo porque el régimen ha entendido que debe recapacitar y dar un vuelco en esa materia. Primero, comienzan por reconocer que la situación es simplemente caótica y que de seguir así, quienes dicen detentar el poder conducirían al país hacia un enorme despeñadero del cual sería prácticamente imposible salir. Luego, señalan que en vista de lo anterior, Maduro ha dado señales de querer enrumbarse hacia una especie de modelo mixto. Imagino que algo así como lo que planteaba en su tiempo Gumersindo Rodríguez: lo mejor del capitalismo con lo mejor del socialismo. Como ejemplo de ese supuesto viraje, mencionan el que se haya designado en Finanzas a Nelson Merentes y como presidente del Banco Central a un señor de nombre Eudomar, quien supongo procederá al igual que su homónimo de Por estas calles... "Como vaya viniendo, vamos viendo".
Lo que no quieren escuchar ni entender esos empresarios, es que si Merentes y Eudomar no pensaran como ordenan los Castro, no hubieran sido designados para esos cargos. Lo que están haciendo es tratando de correr la arruga, para ganar un poco más de tiempo. Ahora prometen la permuta y muchos respiran complacidos, sin fijarse en que muy pronto se vencen cuantiosas obligaciones del Fisco y las reservas han caído al nivel más bajo de los últimos nueve años. Si continuamos así, el régimen logrará lo que le han aconsejado para continuar en el poder: mantener el mayor número de gente en la miseria, para que su dependencia sea absoluta. Lo que se tiene que ver es el inmenso número de empresas confiscadas, que hoy se encuentran saqueadas y abandonadas, sin que tan siquiera se haya iniciado el proceso de expropiación. El fin es acabar con la iniciativa privada. Hay que reaccionar y no seguir creyendo en pajaritos.
julio.davilacardenas@gmail.com
Sus pasos se encaminan al establecimiento de lo que se empeñan en denominar socialismo del siglo XXI, que no es más que la misma receta de los hermanos Castro en la sufrida isla de Cuba. Es decir, el comunismo tropicalizado que lo único que hace es repartir miseria, porque es lo que produce.
He escuchado decir a empresarios aparentemente conocedores de la economía, dar gracias al cielo porque el régimen ha entendido que debe recapacitar y dar un vuelco en esa materia. Primero, comienzan por reconocer que la situación es simplemente caótica y que de seguir así, quienes dicen detentar el poder conducirían al país hacia un enorme despeñadero del cual sería prácticamente imposible salir. Luego, señalan que en vista de lo anterior, Maduro ha dado señales de querer enrumbarse hacia una especie de modelo mixto. Imagino que algo así como lo que planteaba en su tiempo Gumersindo Rodríguez: lo mejor del capitalismo con lo mejor del socialismo. Como ejemplo de ese supuesto viraje, mencionan el que se haya designado en Finanzas a Nelson Merentes y como presidente del Banco Central a un señor de nombre Eudomar, quien supongo procederá al igual que su homónimo de Por estas calles... "Como vaya viniendo, vamos viendo".
Lo que no quieren escuchar ni entender esos empresarios, es que si Merentes y Eudomar no pensaran como ordenan los Castro, no hubieran sido designados para esos cargos. Lo que están haciendo es tratando de correr la arruga, para ganar un poco más de tiempo. Ahora prometen la permuta y muchos respiran complacidos, sin fijarse en que muy pronto se vencen cuantiosas obligaciones del Fisco y las reservas han caído al nivel más bajo de los últimos nueve años. Si continuamos así, el régimen logrará lo que le han aconsejado para continuar en el poder: mantener el mayor número de gente en la miseria, para que su dependencia sea absoluta. Lo que se tiene que ver es el inmenso número de empresas confiscadas, que hoy se encuentran saqueadas y abandonadas, sin que tan siquiera se haya iniciado el proceso de expropiación. El fin es acabar con la iniciativa privada. Hay que reaccionar y no seguir creyendo en pajaritos.
julio.davilacardenas@gmail.com
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