Entre muchas soluciones
que recoge un compendio
para apagar el incendio
que inflama nuestras prisiones,
optó nuestro comandante
por confiarle a Iris Varela
que apagara la candela,
en un gesto espeluznante.
No luce ella exquisiteces
pero amenaza a los jueces
pues aprendió esa lección
de quien le da el garrote
y le sugiere que frote
fósforos a discreción.
Caracas, 4 de agosto de 2011
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