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28/7/13

El país de los tontejos por JULIO DÁVILA CÁRDENAS

JULIO DÁVILA CÁRDENAS |  EL UNIVERSAL
sábado 20 de julio de 2013  12:00 AM
Por instrucciones del mas allá debo cambiar la palabrota usada por Uslar Pietri por la de tontejo y sin permiso del ahora casi innombrable intelectual peruano-español Vargas Llosa, hago referencia a su ensayo "América Latina y la opción liberal", en el que explica las variantes de la palabra en cuestión: "De México a Ecuador la palabrota tontejo quiere decir tonto. Misteriosamente, al cruzar la frontera peruana se vuelve su opuesto. En el Perú el tontejo es el vivo, el inescrupuloso audaz. En Colombia, en Venezuela, al cacaseno de provincia recién llegado a la capital, al que le venden el metro o el palacio de gobierno, llaman lo que en el Perú al ministro manolarga que se llena los bolsillos robando y no le ocurre nada. En Centroamérica, una tontejada es una despreciable estupidez; en el Perú, una deshonestidad que tiene éxito".

En Venezuela nos hemos encontrado con la lamentable realidad de sabernos en manos de tontejos de uno y otro signo. En efecto, el sempiterno ministro Giordani y la actual presidente del Banco Central, han manifestado que el Gobierno permitió que se perdieran más de veinticuatro mil millones de dólares (US$ 24.000.000.000,00), para lo cual se utilizaron empresas de "maletín", es decir, que sólo existían para efectuar negocios fraudulentos importando cosas que, o bien no aparecían por ninguna parte, o eran desaparecidas tan pronto llegaban. Lo que no dijeron los funcionarios era quién había permitido y cometido semejante atrocidad y hasta la fecha, que se sepa, ni siquiera se ha dicho de quiénes se trata. Sólo recordamos que oficinas dependientes del Ministerio de Finanzas eran las que autorizaban la entrega de los dólares, con la anuencia del Banco Central, y que el anterior jefe de Cadivi fue condecorado por Maduro, suponemos que por su excelente gestión.

De ser ciertas las afirmaciones de Giordani y de Fernández, me parece que han actuado como unos verdaderos tontejos de los de México al Ecuador, máxime si Giordani continúa pensando que "Esta revolución se propone hacer un cambio cultural en el país, cambiarle a la gente la forma de pensar y de vivir, y esos cambios sólo se pueden hacer desde el poder. Así que lo primero es mantenerse en el poder para hacer el cambio. El piso político nos lo da la gente pobre: ellos son los que votan por nosotros, por eso el discurso de la defensa de los pobres. Así que los pobres tendrán que seguir siendo pobres, los necesitamos así". Pero, por otra parte, es vox populi que personas del entorno del actual régimen, muy de su entorno, han procedido como tontejos de los del Perú y hasta la fecha, dado que se desconoce lo que al respecto hacen la Fiscal General y quien funge de Contralor contra las personas íntimas del entorno gubernamental, parece que quienes quedamos como unos verdaderostontejos del norte somos los que no estamos enchufados. Por ello, la conclusión no puede ser otra: Venezuela es un país de tontejos.

julio.davilacardenas@gmail.com

2/7/13

¿No les bastó con la estulticia del 24? por Humberto Seijas Pittaluga

Sesquipedalia

Parece que no se conformaron con la extravagancia chocarrera del 24 de junio, en lo que se suponía una rendición de honores a quienes en el año 21 nos dieron la libertad en ese campo, pero que devino en pachotada con malandros en moto y franelas partidistas, con profusión de banderolas y alabanzas que buscaban darle legitimidad a Por Ahora arropándolo con un muerto, y con un alto oficial haciendo descarada propaganda partidista encaramado en la torreta de un tanque.  Este último solo se diferenciaba de los primeros, en que aquellos llevaban las consignas por escrito es sus camisetas y este las vociferaba en cadena nacional a sabiendas de que estaba cometiendo una felonía al desoír voluntariamente lo que pauta el Art. 328 de la Constitución: que la Fuerza Armada Nacional es una institución “sin militancia política” que “en el cumplimiento de sus funciones está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”. 

Razón tiene Chúo Torrealba al comparar a esos altos mandos con los malandros que desde las escaleras que conducen al cerro despojan de sus pertenencias a los que transitan por ellas: unos y otros actúan basados en que tienen la  fuerza y a sabiendas de que nada les va a pasar por esos delitos.  O, por lo menos, eso creen; porque saben que el Ministerio Impúdico y el Tribunal de la Suprema Injusticia se hacen los locos con esos desmanes… Razón también tenía Pascal al aseverar aquello de que “la fuerza, sin el freno del derecho, es despótica”. 

Pero, repito, pareciera que al régimen y sus comparsas no les fue suficiente con ese “acto”.  Que llenó de vergüenza a quienes portan, y portamos alguna vez, uniformes con la certeza de que solo mediante la recta institucionalidad de sus integrantes es que la institución armada puede ser garantía de verdadera patria.  Por las muestras que dieron el domingo durante las ceremonias de ascensos a grados medianos del escalafón, ya se puede suponer qué es lo que devendrá durante la ceremonia de ascenso a generales y almirantes, y el desfile del cinco de julio.  Inicialmente, había escrito “el Día de la Independencia”, pero lo borré porque ya la perdimos, ofrendada por el comandante dizque “eterno” y sus sigüíes —con la complicidad de los altos mandos— a sus amados Fidel y Raúl…

Si ya el tal MinPoPoDef, en uno de los actos del domingo, tuvo la avilantez de afirmar que el deber de la FAN es “mantener incólume la lealtad a la revolución", ¿qué otra afrenta al honor militar no cometerá en los actos por venir?  Los galones de almirante en jefe les quedan grandes a ese que no parece oficial sino operador político.  Los oficiales de la Armada deben estar tragando muy grueso al ver que, en 200 años de historia naval venezolana, la única persona que porta (“detenta”, sería mejor verbo) ese grado no es un marino sino un infante que marea abordo.  Pero, ¡bueno!, este es el país donde Dios le dio cachos al burro…

Y el Ilegítimo, no se quedó atrás, demostrando por qué todo el mundo lo conoce como Inmaduro.  Adornado (o eso cree él) con una boina roja —si al difunto le gustaba más un micrófono que una mujer desnuda, a este le gusta más un cubre-cabeza que una ídem—, tuvo la osadía de auspiciar   "…una Fuerza Armada antiimperialista, socialista, (…) y profundamente chavista”.  Y lo remachó “Cuando decimos que tenemos una FANB profundamente chavista” y blablablá…

A los militares de pundonor —que deben abundar, pero que se han visto obligados a mantenerse desenfilados— esas arengas les resbalan.  O, cuando mucho los hacen surgir soflamas en la cara.  Pero a los otros, los asustadizos, hay que recordarles la forma sacramental por la cual se juramentaron como oficiales: “Prometéis a Dios y a la República, en presencia de la bandera, defender la Patria y sus instituciones…”  Por ninguna parte aparecía: “el partido de gobierno y sus malhechores”.

Remato, “fusilando” una vez más a un amigo a quien reconozco muchos méritos en defensa de lo correcto, Luis Betancourt Oteiza: “Queremos pensar que nuestros generales y almirantes son más fanáticos que bandidos; más convencidos que corruptos. No puede haber otra explicación para una traición tan deleznable por evidente; tienen que explicar a sus mujeres e hijos que lo que hacen es por un ideal y no por un beneficio. Lo contrario sería denostar de su condición de soldados y confesar su ruindad personal. Pero ¿y si no es así? ¿Y si actúan movidos por miedo? ¿Por el miedo a perder sus posiciones y favores inherentes? ¿Por no ser tomados como fieles serviles al mandón? ¿Qué cuerpo de generales y almirantes tenemos en nuestras FAN?”

Yo creo que son más lo segundo que lo primero, don Luis…